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Un niño tanzanio, abandonado por sus padres en la selva, será operado de cataratas en Oviedo

Mwaga, un niño negro de edad imprecisa (entre 12 y 15 años) y que había sido abandonado por sus padres en la selva de Tanzania, se encuentra en Asturias, donde la próxima semana será sometido a una intervención quirúrgica de cataratas por el oftalmólogo Luis Fernández Vega. El doctor Vega había encontrado al niño abandonado en la selva el pasado mes de octubre, cuando participaba en un safari. El niño, ciego de nacimiento debido a cataratas congénitas, había sido desterrado por sus padres a causa de su incapacidad y sobrevivía alimentándose de raíces, plantas e insectos.

El oftalmólogo asturiano recogió al niño y lo trasladó a una misión inglesa en las laderas del Kilimanjaro, donde permaneció los últimos cinco meses a la espera de tramitar los permisos para su salida del país. Un experto cazador y conocedor de la zona, Toni Ariño, gestionó la documentación necesaria. Mwaga salió de Nairobi por vía aérea, y desde Madrid, también en vuelo regular de Iberia, llegó al aeropuerto de Asturias el pasado domingo con un pasaporte en el que no figuran más datos que su nombre.Ayer el niño fue sometido a una exploración previa a la operación quirúrgica que le devolverá la vista antes de un mes. Según el oculista que le atiende, el muchacho distingue tan sólo formas indefinidas y algunos puntos de luz, lo que permite creer que, efectivamente, puede recuperar la vista.

Mientras permanezca en Asturias ha sido alojado en un asilo regentado por las hermanas de los Ancianos Desamparados, en Oviedo, donde ya lo conocen con el nombre de José María. La comunicación con el muchacho se hace a través del dialecto swahila. Según las personas que le atienden, el niño tanzanio come con apetito. Su primer desayuno consistió en leche, galletas y un plátano.

Desterrado por sus padres

La operación a la que será sometido no reviste, según el doctor Vega, especial complicación. Mwaga se quejó del frío a su llegada a Asturias, pese a haber sido suficientemente arropado. Tiene una constitución física débil por la insuficiente e irregular alimentación durante el tiempo que permaneció abandonado en la selva. Se sabe que era miembro de una familia numerosa y que fue desterrado por sus padres, pero no se conocen más detalles de su vida.La expedición, que lo encontró casualmente, había sido organizada como un safari para la caza de leopardos. El niño disponía cuando fue localizado por la expedición de un trapo blanco con el que llamó la atención de los cazadores, que lo rebautizaron como Charles en honor del cocinero de la expedición.

El doctor asturiano diagnosticó en la selva la dolencia que aquejaba al pequeño e inició entonces las gestiones para su traslado a Oviedo con el fin de ser intervenido en la clínica privada que comparte con su hermano, el también oftalmólogo Álvaro Vega. Se desconoce el destino definitivo del muchacho una vez que recobre la vista.

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