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Movilización en París contra el Código de la Nacionalidad

Lluís Bassets

Entre 15.000 y 30.000 personas desfilaron ayer en París para protestar por el proyecto de Código de la Nacionalidad del Gobierno conservador francés, que prevé la introducción de limitaciones para la adquisición de la nacionalidad francesa a los hijos de inmigrados y a las personas casadas en matrimonios mixtos. La manifestación fue convocada por 200 organizaciones políticas y sindicales y asociaciones de lucha contra el racismo, entre las que destaca SOS-Racismo.

Según Harlem Désir, presidente de esta asociación juvenil, que se hizo famosa por el símbolo de una mano abierta con la frase Touche pas à mon pote (No toques a mi amigo), la manifestación ha sido todo un éxito y no es más que el principio de una serie de movilizaciones destinadas a la retirada del proyecto de ley, elaborado por el ministro de Justicia, Albin Chalandon.Los eslóganes, cantados con idénticos ritmos a los utilizados en las manifestaciones estudiantiles de noviembre y diciembre pasados, aludían al ministro de Justicia, al ministro del Interior, Charles Pasqua, y al de Seguridad, Robert Pandraud. Varios grupos de rock animaban la marcha desde camiones, rodeados por numerosos jóvenes que seguían la manifestación bailando.

La protesta ha sido precedida por una amplia recogida de firmas de personalidades del mundo del deporte, de la canción y del espectáculo, contra el proyecto. Entre los últimos firmantes se cuentan los futbolistas internacionales Alain Giresse y Dominique Rocheteau. Sólo en el Olimpic de Marsella, ciudad donde los problemas de racismo son especialmente graves, 15 futbolistas se han adherido a la campaña.

El ministro Chalandon anunció la pasada semana que el proyecto de Código de la Nacionalidad no será remitido a la Asamblea Nacional hasta el próximo otoño, después de su estudio por parte de una comisión de expertos.

La nueva ley sobre naturalización francesa debía haber sido aprobada en una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional programada para el mes de enero, con la finalidad de acometer el plan de reformas sociales previsto por la mayoría conservadora en su camparía electoral.

Las movilizaciones estudiantiles y la derrota final del Gobierno en su intento de reforma universitaria aconsejaron al primer ministro, Jacques Chirac, a aplazar las reformas previstas, el Código de la Nacionalidad entre otras. Después de dos meses de calma social, el Gobierno ha intentado volver a lanzar el proyecto de ley, presionado principalmente por su electorado más derechista, susceptible de dejarse arrastrar en las elecciones por la xenofobia del ultraderechista Frente Nacional que dirige Jean-Marie Le Pen.

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Según SOS-Racismo, Chalandon podría buscar una convocatoria de sesión parlamentaria extraordinaria en el verano para conseguir una aprobación rápida de la ley.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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