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Londres pierde en Australia la batalla contra las memorias del 'cazaespías' Peter Wright

El Gobierno británico perdió ayer su larga batalla legal para impedir la publicación de las memorias de un ex agente secreto sobre la penetración soviética en los servicios de espionaje al fafiar un juez australiano que dicha publicación no compromete la seguridad nacional británica. La primera ministra, Margaret Thatcher, dijo ayer que se apelará contra la decisión. En una sentencia de 286 folios, el juez Phillip Powell, del Tribunal Supremo de Nueva Gales del Sur, levantó la prohibición sobre las memorias del cazaespías y ex agente del MI-5 -servicio de espionaje británico- Peter Wright y ordenó a Londres el pago de las costas.

El juez suspendió la aplicación de la sentencia durante 28 días con el fin de permitir al Gobierno británico apelar al tribunal superior. Un portavoz del número 10 de Downing Street manifestó, nada más ser conocida la sentencia, que el Gobierno estudiará "muy detenidamente" el fallo hoy mismo.La primera ministra, Margaret Thatcher, que se encontraba ayer en Gales, leerá la sentencia en su residencia campestre de Chequers, este fin de semana. Se espera que el Gobierno anuncie su intención de apelar a principios de la próxima semana.

Wright, de 71 años, no pudo asistir a la lectura de la sentencia por encontrarse hospitalizado con hipertensión en un hospital de Tasmania, donde reside dedicado a la cría de caballos desde que se retiró del MI-5, en 1976. Su abogado Malcolm Turnbull, millonario a los 32 años gracias a sus éxitos, manifestó su complacencia por la sentencia y volvió a ofrecer la apertura de una negociación con el Gobierno británico sobre el contenido del libro. "Mi cliente está cansado y enfermo y quisiéramos terminar de una vez para siempre", declaró. Sin embargo, no es probable que su oferta sea aceptada por Londres, ya que Thatcher sigue creyendo firmemente que un miembro de los servicios secretos está ligado por la confidencialidad hasta su muerte.

Las memorias de Wright, que pretenden ser publicadas por la editorial australiana Heinemann Publicshing Company con el título Spycatcher (Cazaespías), están dedicadas a probar la infiltración soviética en los servicios secretos británicos a través de la protección de sir Roger Hollis, uno de los directores generales del MI-5, ya fallecido. A pesar de que Hollis fue declarado libre de toda sospecha por varias encuestas oficiales, Wright insiste en su culpabilidad en el libro. Igualmente, documenta en sus páginas una aparente trama del servicio de espionaje británico contra el ex primer ministro laborista Harold Wilson. El hoy lord Wilsoñ ordenó una investigación cuando estaba al frente del Gobierno para intentar demostrar lo que consideraba como una persecución por parte del MI-5.

El juez Powell considera en su fallo que, aunque el libro puede ser motivo de embarazo para el Gobierno británico, no ha quedado demostrado que su publicación ponga en peligro la seguridad nacional del Reino Unido. El juez se muestra crítico ante la actuación en el tribunal del representante del Gobierno de Londres, el secretario del Gabinete y jefe del servicio civil, sir Robert Armstrong, quien, cogido en una aparente contradicción en una declaración, acuñó una frase que se hizo famosa: "He sido económico con la verdad".

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