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Italia se enfrenta a la 'revuelta de los mariscales'

Juan Arias

Las fuerzas armadas italianas han comenzado a presionar al Gobierno, mediante la negativa a comer el rancho, en una protesta que ya se conoce como la revuelta de los mariscales. El martes no acudió a los comedores ninguno de los militares de los cuarteles de Roma y la región del Lazio. Ayer desertaron del rancho oficiales y soldados de todo el norte de Italia.Los motivos de la protesta, organizada por la Coordinadora Central de Representación de los Militares (Cocer), son los bajos sueldos y la inexistencia de un auténtico sindicato dentro del Ejército.

Protestan también porque quieren ver y discutir un proyecto de ley de mejoras económicas presentado por el Ministerio de Defensa a la presidencia del Gobierno, del que no conocen nada. Y han declarado que mientras un mariscal del Ejército con 26 años de antigüedad, mujer y dos hijos y una especialización para trabajar en un puesto de montaña gana 150.000 pesetas, un simple cabo de los Carabineros recibe 130.000 pesetas. Se quejan de "no tener horario fijo" y de trabajar sin descanso.

Pero lo que más molesta a una buena parte de los oficiales es la falta de representación sindical en un país donde la conciencia sindical es muy fuerte y los gremios muy poderosos. Por ello piden mayor democracia en los cuarteles y más justicia social.

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