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El propietario de un club acusa a la policía de discriminar a sus clientes negros

Valeriano Molongua, guineano de 35 años y propietario del club Tenessi, en el número 20 de la calle de la Ballesta, ha acusado a la policía de tratar de forma discriminatoria a los clientes negros que frecuentan su local. El pasado 27 de febrero, en una acción combinada de Policía Nacional y Municipal, fue detenido un hombre, acusado de resistencia a la autoridad. La policía entró en el club en busca de drogas.

"En este club no se practica la prostitución ni el tráfico de droga. Nada de actividades ilegales", afirma Valeriano Molongua. "Éste es preferentemente un lugar de reunión para africanos residentes en Madrid, aunque las puertas están abiertas para todo el mundo". El local está anunciado con un visible rótulo azul. El interior, de poco más de 40 metros cuadrados" es más bien sombrío."Tráfico de drogas hay por toda la calle", señala el portero de un local cercano. "La policía no suele entrar a los locales en busca de droga. En el Tenessi sí que entran, ya lo creo. Debe ser porque son negros".

Según la Jefatura Superior de Policía, la redada del pasado viernes tuvo su origen en las quejas de los comerciantes de la zona. La policía ha solicitado una orden de cierre del local por tráfico de estupefacientes.

Para el propietario del club Tenessi la historia se remonta a tres años atrás, cuando él trabajaba en el club África, cerrado hace más de tres años. La policía señala que la clausura de este local fue por tráfico de drogas; Valeriano Molongua habla de discriminación: "Ser negro es sospechoso, y más aún en la Gran Vía".

"Unas pocas papelinas"

"El Tenessi empezó a funcionar en agosto", señala Molongua. "Desde entonces todo han sido problemas. La policía viene cada dos por tres sin motivo alguno, siempre con la excusa de tráfico de drogas, pero lo más que han encontrado han sido unas pocas papelinas. Nos reservamos el derecho de admisión, pero no podemos registrar a todo el que entra".Molongua presentó una denuncia por daños y perjuicios, valorados en más de 100.000 pesetas, después de una intervención policial en busca de droga que dejó el local maltrecho. Esto sucedía el 22 de febrero.

Cinco días después la policía volvió a entrar en el club. Según varios testigos, más de 10 agentes de la Policía Municipal irrumpieron violentamente en el local. En su interior había una docena de personas. Los agentes, según la misma versión, destrozaron varios bancos, levantaron la tela de la pared y causaron desperfectos en el cuarto de baño. Los clientes fueron registrados, y uno de ellos fue obligado a desnudarse. Otro resultó herido en una mano a consecuencia de la rotura de un espejo.

Según la policía, se encontraron en el local 13 papelinas de heroína, una navaja y varias jeringuillas. Un camarero del club, Rafael, Evita, guineano de 29 años, fue detenido por resistencia e insultos a la autoridad.

La versión del detenido es bien distinta: "La Policía Municipal estaba registrando el local y vi que a un agente se le caía un, paquete extraño al suelo. Me moví para decirle que se le había caído y entonces se me echaron encima varios agentes que no dejaron de golpearme. Me metieron en un coche y me llevaron a la comisaría de la calle de la Luna".

El detenido afirmó haber sido objeto de malos tratos en el momento de la detención. Al menos cuatro personas que se encontraban en el Tenessi pasaron por comisaría a efectos de identificación. El propietario del club acudió después a formular una denuncia que se incorporó como declaración a las diligencias. Valeriano Molongua, casado y con tres hijos, vive en España desde hace 19 años.

El español Manuel Cordero, de 22 años y camarero del club, opina que éste es un caso de racismo: "Sólo en Suráfrica ocurren cosas como ésta. En la calle y en otros locales donde a la policía no se le ocurre pasar, se trafica con droga. Siempre que hay redada en la Ballesta, ya se sabe en dónde están: en el Tenessi".

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