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El presidente del PRI pide a los disidentes que cesen en sus críticas o se vayan

El presidente del Partido Revolucionario Institucional mexicano (PRI), Jorge de la Vega Domínguez, pidió en la madrugada de ayer, en el discurso de clausura de la 13ª Asamblea Nacional priísta, "que renuncien al partido y busquen su afiliación en otras asociaciones políticas" los que "no quieran respetar la voluntad de la inmensa mayoría". Las palabras del presidente del PRI, partido que gobierna en México desde hace 58 años, se consideran una invitación a los miembros de la llamada corriente democratizadora para que cesen sus actividades o se vayan.

La parte más dura y contundente del discurso de De la Vega estuvo dedicada, sin nombrarla expresamente, a la corriente democratizadora, que en los últimos meses luchó contra la falta de transparencia en las decisiones internas del PRI y contra el tapadismo en la designación del candidato priísta a la presidencia.De la Vega declaró que hay un mandato expreso al Comité Ejecutivo Nacional del PRI para .aplicar la disciplina interna" y añadió que en particular se invita a "todos los que manifestaron ideas y asumieron posiciones que la Asamblea rechazó". "Que todos los priístas sepan", dijo, "que reforzaremos la estructura sectorial de nuestro partido, que fuera de ella no tienen ni tendrán cabida otros tipos de agrupaciones o membretes políticos".

Afirmó también De la Vega que "en el PRI no tendrán cabida ni la quinta columna ni el caballo de Troya". "En el ejercicio de nuestra rica democracia interna", añadió, "no perderemos el tiempo combatiendo a ínfimas minorías o a personas que tengan otros objetivos, otros propósitos y otras banderas. Lucharemos unidos contra nuestros adversarios de fuera. Los de adentro, si los hay, tienen las puertas abiertas para actuar donde más convenga a sus intereses personales".

El presidente del PRI se refirió también a la futura designación del candidato presidencial del partido, que equivale en la práctica al nombramiento de presidente de la República, porque un candidato priísta tiene asegurado su triunfo en cualquier elección de importancia que se celebre en México. Según De la Vega, se respetarán las reglas, los tiempos y los ritmos del proceso electoral. "Con oportunidad, sin adelantos ni retrasos, ni antes ni después, elegiremos bien a nuestro candidato a la presidencia de la República para triunfar libre y rotundamente en 1988", señaló.

De la Vega cerró prácticamente el círculo de posibles tapados del PRI, aspirantes a la presidencia, cuando dijo: "Puedo afirmar que ya desde estas fechas algunos distinguidos compañeros de partido, por sus convicciones, su experiencia política y su desempeño en el servicio público son considerados por la opinión nacional para elegir candidato a la presidencia de la República. Sus nombres ya se escriben y se mencionan en los más amplios medios de comunicación".

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Los 'tapados'

Los nombres que desde hace meses se barajan como tapados son tres miembros del actual Gabinete, a los que se puede añadir un cuarto, que se considera una especie de jugador suplente, por si los tres más firmes se quemasen en los meses que preceden al destape. Los aspirantes a recibir el dedazo presidencial son: el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, de 51 años; el de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas, de 38, y el de Energía, Minas e Industria Paraestatal, Alfredo del Mazo, de 43. A ellos se puede añadir el secretario de Educación, Manuel González Avelar, de 48 años.La Asamblea nacional del PRI tuvo un eco negativo en la Prensa mexicana, a pesar de su probada docilidad hacia el poder. El diario Unomásuno salió ayer con un editorial en primera página titulado La estrategia del inmovilismo, que formulaba la tesis de que la asamblea ha sido, "como tantas otras en el pasado", una oportunidad desperdiciada. Según el editorialista, "el PRI decidió apostar una vez más al inmovilismo, expresado en la preservación de su anquilosada estructura y en la ausencia de todo asomo de autocrítica contra los viejos vicios. La reiteración de lemas gastados, de frases hechas y de lugares comunes impidió la discusión seria y comprometida de las opciones de modernización que, con todo, fueron planteadas".

Por primera vez después de cuatro años, reapareció en público el ex presidente José López Portillo, a quien se atribuye uno de los Gobiernos más corruptos de la historia de México. Diez minutos antes que él llegó el otro ex presidente vivo, Luis Echeverría. La presidencia de la asamblea, donde se acomodaban más de 300 dirigentes priístas, fue una apoteosis del abrazo entre los dirigentes de la familia revolucionaria. Se dice que el origen del abrazo en México es tratar de comprobar si el abrazado lleva pistola. Amigos y enemigos políticos dieron toda una exhibición de variantes del abrazo. Los hubo precedidos de apretón de manos, con palmadas en la espalda, de mayor o menor intensidad y algunos hasta con pellizcos, como para palpar el nivel de tejido adiposo acumulado en los años pasados.

El más llamativo de los abrazos fue el de Echeverría y López Portillo, quien, hace unos meses, ante las críticas recibidas a sú gestión presidencial, se dirigió a su antecesor, al mismo a quien le debía el dedazo que le llevó a la presidencia, con una variante de la histórica frase de César. En una carta abierta, López Portillo preguntó a Echeverría: "¿Tú también, Luis?". Sincronizados, Echeverría y López Portillo se abrazaron en medio de la ovación de los 3.000 asistentes a la asamblea. Finalmente, llegó el actual presidente de México, Miguel de la Madrid, que sólo abrazó a sus dos antecesores en el cargo y, tras dar la mano al líder sindical de 87 años Fidel Velázquez, se sentó para presidir la ceremonia de clausura.

Un alto funcionario mexicano comentó a este periódico el gesto casi masoquista de unos 3.000 asambleístas del PRI, que aplaudían entusiastas a los que se considera generalmente como causantes de la ruina del país. El funcionarió comentó: "Estos aplausos son una expresión de la nostalgia del pasado. Antes, por lo menos, se comía y sabíamos dónde estaba México. Ahora ni se come ni sabemos qué lugar ocupa este país".

Concluida la asamblea del PRI, se hizo público que la junta federal de Conciliación y Arbitraje declaró legalmente "inexistente" la huelga del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que pide un aumento salarial urgente del 23%.

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