Flit, un matamoscas gigante, ganó el premio a la originalidad en la primera carrera 'olimpicarnal'

Flit, un matamoscas y mosquitos gigante conducido por los mellizos José Luis y Francisco López Saura, consiguió procla marse ganador por el atuendo más original de la primera carrera de vehículos olimpicarnales, que se celebró ayer, a partir de las doce de la mañana, en el paseo de Coches del Retiro. A la carrera de locos cacharros asistieron cientos de personas, entre las que había mayoría de niños disfrazados de supermanes, osos y caperucitas rojas.

Una de las condiciones para participar en el concurso, en el que se admitían ángeles, era la de haber perdido alguna vez el carné de identidad. Los más de 40 vehículos cumplieron las bases carnales que ponían como condición moverse con recursos naturales de invención individual o colectiva, aunque se permitió utilizar en la prueba el invento de la rueda. Estaba prohibido expresamente el uso del motor de explosión y eléctrico, así como la colaboración de animales de tracción irracional.Bañeras, camas, cunas, retretes, cuadrigas, farolas fernandinas y colchones movido por recursos naturales recorrieron el paseo de coches en medio de un tiempo primaveral, que permitió a los madrileños salir a la calle en mangas de camisa, recién empezado el mes de marzo.

Vallas protectoras

Domingo, conductor de una bicicleta voladora, protestó, tras llegar a la meta, por la falta de vallas protectoras a lo largo del recorrido, lo que dificultó la evolución de los vehículos.Domingo, que se vistió con un traje apoteósico de colores fluorescentes realizado por él mismo y una corbata como de purpurina azul, se las vio y se las deseó para adelantar a sus contrincantes. "Estábamos rodeados de una barrera humana y tenía que pedir permiso a la gente para poder adelantar a los otros vehículos", aseguró. "Había momentos en los que íbamos bastante rápidos y los niños estaban en la mitad del recorrido jugando, o cruzando cintas de serpentinas de un lado a otro para que las rompieramos al pasar".

Domingo, que llevaba adosada a la bicicleta una enorme cometa, explicó que le hubiera gustado ponerle alas más grandes, pero se cortó por si acaso salía volando.

El conductor de un velocípedo antiguo, vestido de trotamundos, con una gorra roja y unos pantalones bombachos, se mostró contrario al sistema de premios, que sólo incluía un premio para el atuendo más original e imaginativo, y otros tres para los primeros en entrar a la meta. "En estos concursos cachondos no se debe premiar, la velocidad, sino la artesanía y el trabajo de construcción del vehículo y el disfraz de los participantes", dijo.

Preparar la próxima

Los mellizos conductores del Flit, que ganaron el premio a la originalidad, dotado de 150.000 pesetas, aseguraron que construyeron el matamoscas gigante trabajando duro durante una semana.El Flit, construido de madera y pintado de color café con leche, llevaba pequeñas moscas pegadas en su estructura y matamosquitos de todos los tamaños. Francisco López, uno de los mellizos, es especialista en anatomía patológica, y trabaja en un hospital. Su hermano se dedica al diseño de carteles de cine. Ambos iban ataviados con mallas y bigotes postizos y prometieron preparar para el próximo año alguna idea al estilo de Julio Verne. "Navegaremos por el Retiro en un Nautilus", aseguraron.

Ramón Herrero, concejal de Cultura del Ayuntamiento, manifestó que este año la carrera se había realizado a modo de prueba y por este motivo se observaron pequeños fallos de organización. El concejal prometió mejorar para el próximo año la infraestructura de la carrera.

El primer premio del concurso que se organizó por el sistema de contra reloj lo ganó Bañinver, una bañera con ruedas y pedales, seguido de Libercarnal y de Icaro. También recibió una mención honorífica, por la originalidad de sus disfraces, la Cibeles, representada por dos leones que arrastraban a un joven. Los trofeos para los ganadores serán entregados el próximo miércoles en la plaza Mayor.

La programación festiva de ayer incluía también las actuaciones nocturnas en la carpa levantada en la plaza de Las Ventas de los grupos rockeros madrileños Desperados y Burning.