La policía halla cocaína en un piso de Barcelona en el que se encontraba el juez García Lavernia
Unos agentes policiales que investigaban un caso de presunto tráfico ilegal de droga se encontraron el pasado martes, día 24 de febrero, dentro de sus pesquisas, con el magistrado juez Joaquín García Lavernia en un domicilio particular en el que localizaron 100 gramos de cocaína. El juez García Lavernia se encuentra actualmente procesado por el Tribunal Supremo por un delito de cohecho.El magistrado, que había viajado aquella misma tarde desde su finca de La Senia (Castellón) hasta Barcelona, se encontraba en un piso, propiedad de un conocido suyo. Según medios próximos a Lavernia, cuando el juez se encontraba allí, con dos amigas privadas, siguiendo por televisión el debate sobre el Estado de la nación, la policía irrumpió con un mandato judicial para registrar una de las habitaciones. Se trataba del dormitorio de una tercera joven que acababa de ser detenida bajo la acusación de tráfico de droga.
La policía localizó en la habitación 100 gramos de cocaína, así como unas balanzas de precisión de las utilizadas para pesar estupefacientes y unos cuadros con doble fondo.
Tras el hallazgo, los agentes policiales pidieron a los presentes que se identificaran, a lo que el magistrado accedió mostrando su acreditación de juez. Ante esta situación la secretaria del juzgado de guardia, que acompañaba el registro, telefoneó al juez Modesto Ariñez, que era el firmante de la orden de efectuarlo. Aríñez, ante esas circunstancias, consideró al parecer que los presentes no tenían nada que ver con el registro y ordenó que no se detuviera ni al magistrado Lavernia ni a las dos señoritas que le acompañaban.
La investigación se había iniciado con la detención de dos inquilinos del piso: la colombiana Jeanette Angaritta, de 27 años, con antecedentes penales por tráfico de drogas, y Albert Heuschf Fernández, de 50 años, natural de Palma de Mallorca y amigo personal del juez. Ayer por la tarde estas dos personas se encontraban todavía declarando en la jefatura Superior de Policía.
La decisión de dejar en libertad al juez García Lavernia provocó malestar en algunos sectores policiales. Fuentes de la abogacía recordaban anoche que únicamente se puede detener a un juez cuando se le sorprende en flagante delito, y que en ese caso los asuntos competen exclusivamente al Tribunal Supremo. Enrique Ruiz Vadillo, presidente de la sala segunda de este tribunal, manifestó ayer a Efe que lo hechos aún no les habían sido comunicados oficialmente.
Joaquín García Lavernia era titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Barcelona y fue suspendido de empleo y sueldo cuando se le procesó por un presunto delito de cohecho. A este magistrado se le acusa de designar irregularmente a interventores en los procedimientos de suspensiones de pagos y de quiebras a cambio de un porcentaje de las ganancias. El magistrado ha negado siempre su relación con estos hechos.
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