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RELEVO EN LA CÚPULA DE LA IGLESIA ESPAÑOLA

El arzobispo de Madrid, cardenal Ángel Suquía, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

Francesc Valls

Ángel Suquía Goicoechea, cardenal arzobispo de Madrid-Alcalá, de 70 años de edad, fue elegido ayer presidente de la Conferencia Episcopal con el voto de 39 de los 74 obispos presentes y a la quinta votación. La alegría de los partidarios de Suquía contrastaba con algunas caras largas de los partidarios de Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo y hasta ahora presidente de los obispos españoles. Uno de los prelados manifestó: "Los más conservadores venían organizados, y nosotros hemos hecho el tonto o, mejor, hemos jugado demasiado limpio". Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza, fue elegido vicepresidente.

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De la distribución de los votos algunos observadores deducen la existencia de una fractura en el seno de la conferencia, que fue negada por el nuevo presidente: "No estoy de acuerdo con esta versión". "La diversidad de votos", agregó, "es un apoyo para mí, ya que me evita caer en la tentación de la hegemonía".En las tres primeras votaciones, Díaz Merchán obtuvo 40, 37 y 39 votos, contra los 31, 31 y 30 obtenidos por Suquía. El presidente saliente fue apartado al no obtener la mayoría de dos tercios -50 votos- que precisaba. En la cuarta vuelta, el cardenal de Madrid no obtuvo la mayoría, al conseguir 37 votos, mientras que en la quinta votación obtuvo 39. A partir de la tercera vuelta, Yanes fue el segundo candidato, al conseguir 25 y 31 votos, respectivamente.

Cuando Díaz Merchán quedó excluido, el sector progresista optó por Elías Yanes -arzobispo de Zaragoza-, al considerar que podía aglutinar un mayor número de electores moderados que el arzobispo de Valladolid, Delicado Baeza. Yanes obtuvo la vicepresidencia de la conferencia con 42 votos, contra los 20 de su más inmediato seguidor, el conservador Miguel Roca Cabanellas (Valencia).

La noticia de la elección de Suquía se dio poco antes de mediodía. El presidente saliente Gabino Díaz Merchán, manifestó a la salida del plenario que no esperaba que la línea seguida ahora por el episcopado variase, "ya que la línea la marca la plenaria".

El optimismo expresado públicamente por el presidente saliente no era compartido por algunos obispos que hacían comentarios tales como: "Roma nos dejará más tranquilos, porque hasta ahora estábamos en su punto de mira", o "sólo son tres años de mandato" y "lo importante es la ejecutiva". Obispos como monseñor Montero -hasta ahora presidente de la comisión de medios de comunicación- manifestaban que "el resultado era agradable", mientras que otros, como el obispo de Las Palmas, Ramón Echarren, decían que "los órganos colegiados son más importantes que las personas; la elección de Suquía", añadió, "responde a la voluntad no muy amplia, pero suficiente, del episcopado español".

Vaticanismo

Sobre la una de la tarde, Ángel Suquía compareció, junto a Elías Yanes, en conferencia de prensa. El arzobispo de Madrid desmintió a preguntas de los informadores que fuera próximo al Opus Dei, el hombre de Roma o un obispo conservador. "Todos los obispos somos conservadores y progresistas", dijo, "y no soy más vaticanista que otros obispos españoles".

Respecto a su cercanía al Opus Dei manifestó: "No soy enemigo del Opus Dei, ni de nadie". "Soy amigo del Opus Dei, de los jesuitas, de los franciscanos; quiero que todo aquello que hay en la Iglesia funcione". El cardenal se mostró como seguidor de la línea que la conferencia ha mantenido durante el mandato de Díaz Merchán: "El plan de acción pastoral aprobado por la conferencia es el que marca la pauta", dijo el presidente, aunque añadió: "En toda persona hay matices, y los obispos no somos robots, tenemos también nuestros puntos de vista".

Sobre las futuras relaciones entre la jerarquía católica y el Gobierno socialista afirmó que está dispuesto a colaborar y que cualquier obispo "tomaría una actitud cristiana y eclesial con cualquier Gobierno", pero que, en todo caso, iban a ser de profundo respeto porque, para "el creyente, Dios tiene mucho que ver con esa autoridad". "Todo eso no impide que seamos libres", concluyó. En el terreno de las opciones políticas, el presidente de la conferencia dijo: "No queremos partidos propiamente confesionales y católicos que se atribuyan en exclusiva la doctrina de la Iglesia".

En el terreno puramente eclesiástico, Suquía se refirió al Concilio Vaticano II, del que afirmó: "No puedo ni debo salir dé él", y agregó que "hay quien se queda corto y quien se sale". Por este motivo destacó la importancia del Sínodo Extraordinario de Obispos del pasado año, al que asistió por designación papal. "Con la clave de este sínodo debemos leer en concilio", agregó Suquía.

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