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Tribuna:POLÍTICA EN LA PEQUEÑA PANTALLA
Tribuna
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'Amerika', peligrosa e irresponsable

Amerika puede provocar muy probablemente un sentimiento de miedo y odio hacia la Unión Soviética, aunque el guionista de la serie, Donald Wrye, haya negado que ésta tenga nada que ver con las relaciones entre Estados Unidos y la URSS. Incluso, en alguna ocasión, ha llegado a calificar Amerika como "sólo una diversión". Pero lo cierto es que, en Amerika, los soviéticos vuelan el Capitolio y dan muerte a la mayoría de los congresistas y senadores, mientras unas siniestras unidades de norteamericanos, controladas- por los soviéticos y mandadas por un psicópata de Alemania Oriental, atacan y matan, a ciudadanos estadounidenses o causan estragos en poblados de chabolas.La televisión es la principal fuente de información para una gran mayoría de estadounidenses, especialmente para los jóvenes, sobre los acontecimientos que se producen en el testo del mundo. Es probable que unas imágenes vívidas y poderosas de soviéticos llenos de odio y sadismo produzcan una fuerte impresión, den lugar a miedos y temores y confirmen, al mismo tiempo, una visión sesgada del carácter soviético y distorsiones acerca de las intenciones de la URSS.

Es más, nos encontramos en un periodo en que se están produciendo cambios significativos en la Unión Soviética, lo que hace que exista una especial sensibilidad con respecto a las relaciones soviético-norteamericanas.

El mes pasado, durante una conferencia a la que asistí en Moscú, se produjo un fuerte debate acerca de si la serie Amerika debería emitirse o no en la URSS. Algunos argumentaron, en el espíritu de la nueva apertura, que no había que censurar nada a los ciudadanos soviéticos, al tiempo que mostraban su confianza en la capacidad popular de contemplar la serie desde una perspectiva equilibrada. Otros expresaron sus temores de que Amerika inflamase actitudes antinorteamericanas en un momento en que se están realizando esfuérzos senos para incrementar los contactos y reducir la tensión entre ambas naciones.

Un periodista soviético que asistió a un pase previo de Amerika en Lincoln (Nebraska), escribía: "Sintiéndome herido y lleno de odio, lloré en silencio en la sala de proyección. ¿Qué tienen que ver los soviéticos con todo eso? Es Wrye quien nos ha enviado los tanques".

Las'conflictivas declaraciones y actividades de los productores y actores subrayan su falta de responsabilidad por el impacto potencial de la serie. Wrye ha admitido que él no pensó que las consecuencias llegaran a tíanto, y que no esperaba que nadie se fuera a tomar en serio el argumento de la serie. ¿Pero cómo reconciliar que Kris Kristofferson, el protagonista de la serie, cante en la vida real en favor de la paz, tratando de sensibilizar a la gente sobre las responsabilidades globales de la humanidad?

El presidente de la cadena ABC, Brandon Stoddard, ha afirmado que la serie es pura ficción, una serie más. Pero la influencia de grupos políticos conservadores sobre la decisión de ABC para producir Amerika está bien documentada.

La libertad de que disfrutan los medios de comunicación debe ir acompañada de una responsabilidad por las consecuencias de la programac,ión.Así, no es ya aceptable menospreciar abiertamente a los negros, judíos y otras minorías.

La polémica suscitada en torno a Amerika puede ayudar a que demos un paso adelante hacia una era en la que los estereotipos de otra nación o la provocación de miedos inconsistentes ya no sea aceptable.

John E. Mackes director del Centro de Estudios, Psicológicos en la Era Nuclear. Ha escrito este artículo para The New York 17mes con la ayuda de WiWam Beardslee y Roberta Snow.

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