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Paro de profesores en Alcobendas y San Sebastián de los Reyes ante la demanda por el accidente de una alumna

El 95% de los 35 colegios de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes no impartió clases ayer por la mañana, en protesta por lo que los profesores califican de inasistencia jurídica del Ministerio de Educación, "que se lava las manos y deja al profesorado desprovisto de cualquier respaldo". La protesta se debe a la demanda del padre de Esther Moreno, alumna de seis años que sufrió quemaduras al caerle agua hirviendo sobre su pecho en el colegio Cristo de los Remedios.

El malestar del profesorado de los colegios públicos de las localidades de San Sebastián de los Reyes y Alcobendas tiene su origen en el juicio celebrado el pasado martes contra, según consta en la demanda, "la negligencia de los profesores del colegio Cristo de los Remedios, de San Sebastián de los Reyes que se dedican a hacer comidas en horas lectivas".Dicha demanda fue puesta en septiembre ante el juzgado de distrito de esta locafidad por los padres de Esther Moreno, de seis años, que sufrió en junio un accidente en ese colegio. El Cristo de los Remedios es uno de los tres centros de preescolar de San Sebastián de los Reyes que funciona con talleres, nueve en total, asistidos por 10 profesoras. Para unos, "colegio modelo, donde los niños aprenden a hacer palomitas de maíz, ven nacer un pájaro y realizan manualidades"; para otros, "un sitio donde los chicos están desatendidos y se les da a conocer instrumentos peligrosos para su edad, de cuatro a seis años".

"Mi hija está marcada"

El 3 de Junio de 1986, Esmeralda Berdeal, que se encontraba al frente de una clase "con cinco niños más porque una profesora había ido al ginecólogo ese día", calentaba en un recipiente un huevo para darlo de comer a una cría de pájaro. En ese momento, y al tomar el cazo con las manos, entró corriendo Esther Moreno, derramándose toda el agua sobre su pecho.La niña fue asistida ese mismo día en la residencia Ramón y Cajal, bajo el diagnóstico de quemaduras de segundo grado, y volvió a su casa con la advertencia médica de someterse a controles periódicos. Un mes más tarde sufrió una intervención de cirugía plástica. Desde entonces ha de palsar un reconocimiento médico mensual. Su madre, Alfonsa Granjo, no deja de repetir que su hija está marcada. "La profesora debe responsabilizarse por un accidente que ha provocado ella misma".

Mientras los profesores y padres de alumnos opinan que la familia sólo quiere conseguir "tajada" de todo esto, la madre sale al paso de las acusaciones: "Se ha dicho que pedimos 500.000 pesetas, no es verdad; son algo más de 300.000, pero no para nosotros, sino para nuestra hija".

La denuncia, que no sólo se presentó contra la profesora, sino también contra la directora del colegio, Julia Vázquez, pilló de sorpresa a esta última. "El hecho de que se haya presentado tres meses después del accidente nos da que pensar...".

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Julia Vázquez condena enérgicamente la indefensión en la que se ven sumidos los educadores en temas como éste. "El abogado defensor es costeado por el mismo colegio. El ministerio no ha querido saber nada".

Por otra parte, en el juicio, -"un auténtico cachondeo, puesto que no se nos dejó hablar ni explicar nada", comenta la directora-, el padre de Esther, José Moreno, declaró desconocer la existencia de talleres en el centro, así como la de un consejo rector del mismo, des pués de que su hija llevara dos años en el colegio.

Los profesores que respaldaron el paro en los colegios públicos de las dos localidades están en contra de la cláusula del estatuto del profesorado que, dicen, ante un accidente, atribuye mayores responsabilidades a los educadores que a los propios padres del niño. Con este propósito y a fin de conseguir un mayor respaldo de la Administración, los profesores han remitido una carta al ministro de Educación, José María Maravall, y a la dirección provincial, bajo la amenaza de acabar con todas las actividades extraescolar es en la zona.

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