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Mubarak acelera sus gestiones para que Egipto vuelva a la Liga Arabe

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, multiplicó ayer sus contactos con los dirigentes presentes en la cumbre islámica de Kuwait, con el objetivo de conseguir en fecha próxima la plena readmisión de su país en la Liga Arabe. Mientras Egipto sale del aislamiento provocado por la firma de los acuerdos de Camp David, con Israel, en 1979, Irán, gran ausente de la reunión, recibe fuertes críticas por su no asistencia.

Los detalles están particularmente cargados de sentido en Oriente Próximo. Hafez el Asad, presidente sirio, realizó ayer los gestos sobre los que se volcaron los observadores de la quinta cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI). Por la mañana dio un apretón de manos al presidente libanés, Amín Gemayel, con el que no se habla directamente desde hace un año. Chadli Benyedid, el presidente argelino, fue una vez más el que hizo de hombre bueno.Benyedid retuvo unos instantes a Asad a la entrada de la sala de conferencias para dar tiempo a que llegara Gemayel y pudieran estrecharse las manos. La agencia oficial kuwaltí, Kuria, antinció que anoche ambos dirigentes sellarían esa reconciliación con un encuentro en privado.

Por la tarde, Hafez el Asad realizó la misma operación con Hosni Mubarak. El encuentro fue esta vez casual y más frío. Las delegaciones egipcia y sirla llevan a cabo estos días una feroz guerra de pasillos en el palacio construido expresamente par esta reunión por el emirato de Kuwait.

Para Mubarak, al que hace unos días Asad calificó de "buen hombre", es ésta la primera reunión colectiva con un número tan grande de dirigentes árabes, y la está aprovechando. La Agencia de Noticias del Golfo informó ayer que al término de la cumbre islámica, previsto para hoy, se celebrará una reunión informal de los miembros de la Liga Árabe. El reingreso de Egipto será el tema del encuentro.

Egipto fue readmitido en la OCI en 1984, pero aún sigue apartado de la Liga Árabe, que engloba a un número más reducido de países. De ambos organismos había sido expulsado después de que el presidente Sadat (posteriormente asesinado firmara los acuerdos de paz de Camp David)

Mubarak intenta ganarse al rey Fahd, de Arabía Saudí, para su intento de retorno a la Liga Árabe. Ambos dirigentes se entrevistaron ayer por primera vez de modo oficial. El rey saudí tiene la última palabra para que todos los ricos Estados petroleros del Golfo apoyen la pretensión egipcia.

La ausencia de Irán hace casi imposible que de la reunión salgan resoluciones positivas para un alto el fuego. El rey Hussein de Jordania reprochó ayer a Irán su no asistencia, que calificó de "injustificada". El monarca hachemí cree que la solución al conflicto irano-iraquí es la llave de todas las demás crisis de la región". El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, observador del encuentro, es partidario de la formación de un organismo neutral de arbitraje. Hussein propone "un alto el fuego inmediato".

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