Cierre de comercios de Alcorcón contra la inseguridad ciudadana y la libertad de horarios

El 95% de los 2.200 comercios radicados en la localidad madrileña de Alcorcón cerró sus puertas durante la jornada de ayer en señal de protesta por la inseguridad ciudadana, que, según afirman, ha aumentado en los últimos meses, y en petición de una ley que regule los horarios. La convocatoria, realizada por la Asociación de Industriales y Comerciantes de Alcorcón (Adica), no fue secundada en un principio por farmacias, bancos e hipermercados, aunque por la tarde, y tras la visita de una representación de los comerciantes, muchos establecimientos abiertos por la mañana decidieron cerrar.

Grupos informativos, formados por una treintena de comerciantes y acompañados permanentemente por la Policía Nacional y la Municipal, recorrieron desde primera hora las calles de Alcorcón para intentar buscar la solidaridad de los establecimientos que seguían abiertos, entre ellos algún bar y alguna panadería. Las farmacias decidieron no abrir por la tarde, a excepción de cuatro, que quedaron de guardia. Las grandes superficies -hipermercados- cerraron tras la visita de los comerciantes, aunque con ciertas reticencias.La asociación había mantenido días antes entrevistas con los representantes del mercadillo ambulante de los martes, pero no consiguieron la solidaridad de éstos.

Ajuicio de los comerciantes, los robos a comercios han aumentado de forma importante, dato con el que no coincide el jefe de la Policía Municipal, Rafael Moro, quien cree que la situación en Alcorcón está mucho mejor que en otros pueblos de la periferia. Opina que la actitud de los comerciantes se debe a un temor inducido: "Atracan al de al lado, y esto crea cierta psicosis".

Según fuentes policiales, durante 1986 se efectuaron 1.200 denuncias en comisaría por robo con fuerza. De éstas, 500 correspondieron a comercios. En 1985 las denuncias recibidas fueron 700. No obstante, el número de atracos con violencia se mantiene estable. En 1986 se produjeron 300 denuncias, poco más que en 1985.

Pero los comerciantes piensan que Alcorcón "está asediado por la delincuencia". Juan, que todavía se acuerda del centenar de jamones y quesos que le robaron, cree que muchos comerciantes ya no denuncian los robos por el trastorno que supone y por cierto escepticismo: "Muy pocas veces recuperamos lo robado".

Otros, tras la experiencia, se tienen que enfrentar a las compañías aseguradoras. Santiago, propietario de una tienda de confección, ha cambiado de seguro varias veces. "En la última me dijeron: 'O nos dejas, o te doblamos lo que pagas". A Santiago le han robado 13 veces. Su comercio está a 300 metros de la sede de la policía. "Cuando te recuperas del atraco anterior, ya tienes otro. A veces piensas en vender la tienda y dejarlo todo".

Casi todos los comerciantes de la asociación han pasado ya por la experiencia. Florencio Atienza, su presidente, que tiene una tienda de frutos secos, posee una de las marcas más altas en atracos. "Hasta 15 el año pasado. El último, hace 15 días".

150.000 pesetas en seguridad

Como media, los comerciantes se suelen gastar unas 150.000 pesetas en revestir de seguridad sus comercios, aunque Florencio Atienza reconoce que "da igual, revientan los cierres como quieren". De igual manera piensa Carmen, propietaria de una perfumería en la calle Mayor: "No hay barrera para ellos". Carmen abrió hace seis años y no ha tenido todavía ningún robo ni atraco; es la excepción: "Yo creo que es la .suerte, si no no me lo explico".

La libertad de horarios también preocupa al comerciante, que a duras penas pudo mantener abierto durante todos los días, domingos y festivos incluidos, en las Navidades pasadas. La mayoría atiende su negocio personalmente.

La asociación de comerciantes ya promovió las pasadas Navidades una acción de protesta por la instalación de vendedores ambulantes en la calle Mayor de la localidad. Entonces optaron por sacar el género a la calle. Tras negociar con el Ayuntamiento consiguieron la creación de una comisión paritaria para elegir la ubicación de los vendedores ambulantes.