Barón pierde la presidencia del Parlamento Europeo
ENVIADO ESPECIAL El candidato socialista español a la presidencia del Parlamento Europeo, Enrique Barón Crespo, resultó ayer derrotado frente a su adversario conservador británico, sir Henry Plumb, en la más reñida elección jamás efectuada en ese hemiciclo. Con tan sólo 241 sufragios, Plumb consiguió cinco votos más que su contrincante, que obtuvo 2-361 mientras otros 16 diputados optaron por votar en blanco, permitiendo con su decisión la elección del candidato conservador en la tercera ronda. El fracaso del ex ministro español de Transportes desató una agria polémica entre los compañeros de partido de Barón y los eurodiputados de Alianza Popular, del PNV y de Convergéncia i Unió.
El candidato derrotado se consoló subrayando que su afortunado rival "es también europeísta porque se ha desmarcado en varias ocasiones del Gobierno británico", y rehusó pronunciarse sobre la falta de apoyo de los españoles no socialistas que, según el comisario español Manuel Marín, "perpetraron una agresión gratuita", difícil de explicar ante la opinión pública.Aunque el carácter secreto del voto impide establecer con exactitud qué diputados suscribieron la candidatura de Plumb, su corta mayoría está fundamentalmente compuesta por sufragios de los Demócratas Europeos (DE, 63 escaños), del Partido Popular Europeo (democristianos, 117 escaños) y en menor medida por liberales (42 escaños) y otros del Reagrupamiento de los Demócratas Europeos (RDE, 34 escaños).
La minoría favorable al ex ministro español de Transportes estaba, en cambio, formada por los votos de su grupo, el más numeroso en el hemiciclo con 171 escaños, los del comunista (46 escaños) y los verdes (20 escaños). Ante este resultado parece muy probable que, tal y como anunciaron públicamente, los 13 eurodiputados de Alianza Popular, miembros del mismo grupo que Plumb, no votaron a favor de Barón, como tampoco lo debieron de hacer los dos del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y los dos de Corivergéncia i Unió.
Nada más conocerse el resultado, el ailiancista Luis Guillermo Perinat, que pretende ser elegido vicepresidente, se mostraba satisfecho de que Ios españoles no socialistas hayan votado todos a sir Henry, como era lo correcto".
Andoni Monforte (PNV) explicaba, por su parte, que probablemente él y los otros dos españoles del grupo democristiano (otro vasco y un catalán) habrían votado a favor de Barón si la ley electoral para los comicios europeos -a punto de ser aprobada- hubiese dado satisfacción a las formaciones autonomistas renunciando a establecer la circunscripción única. Estos tres votos le habrían bastado a Barón para derrotar a su contrincante. Los esfuerzos, por ejemplo, de Manuel Medina, vicepresidente socialista de la Asamblea, que abordó en los pasillos a Carles Gasóliva, diputado de CIU afiliado al grupo liberal, preguntándole con humor y descaro qué podía hacer para comprar su voto, fueron probablemente inútiles. Como también lo fue la gestión personal realizada por Barón ante el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.
La mayoría de las especulaciones apuntan a que los votos en blanco vinieron de una coalición heteróclita integrada por liberales, gaullistas e irlandeses, acaso uno o dos verdes y, por último, algún no socialista español desgarrado entre sus afinidades ideológicas y su solidaridad con un compatriota.
La elección del aspirante conservador es una gran sorpresa, porque al obstáculo que suponía su presunta falta de fe en la construcción europea, que enfoca como su primera ministra, Margaret Thatcher, se añadía su des,conocimiento de los idiomas comunitarios, incluido el francés, que sigue siendo la principal lengua de trabajo en la CE. Los gaullistas no parecían, en un principio, dispuestos a perdonarle esa ofensa.
Al Parlamento se le atribuye una relativa tradición antibritánica, puesta de manifiesto a propósito del conflicto de las Malvinas o de la contribución del Reino Unido al presupuesto de la CE, y numerosos observadores sospechaban que a este foro e iba a trasladar también el enfrentamierito norte-sur -surgido en reurtiones del Consejo de Ministros- que hubiese beneficiado a un Barón seguro de poder contar con el voto socialista. Pero han prevalecido las diferencias ideológicas.
Barón ganó holgadamente la primera vuelta, en la que además de Plumb participaron el candidato radical Marco Pannella y el ecologista belga Paul Staes, pero en la segunda ya se colocó detrás de su adversario británico mientras el eurodiputado italiano perdía casi la mitad de sus sufragios procedentes de las filas, líberales.
Marco Pannella, que fue la auténtica estrella de la jornada, intentó entonces promover la aparición de un candidato democristiano, como el ex presi&rite Pierre Pflimlin, o de un liberal, como la también ex presidenta Simone Veil, francesa, pero ante la negativa de ambos acabó anunciando que votaba "al menos antieuropeo y al menos antifederalista".
Reacción de la oposición
La reacción de los portavoces de distintos grupos de -la oposición española al conocer el fracaso de la candidatura de Enrique Barón a la presidencia del Parlamento Europeo fue de pesar aunque todos mostraron su comprensión con el resultado final, informa Anabel Díez. El elemento ideológico por el que se rigen las votaciones en la Asamblea es la explicación lógica que los portavoces dieron al resultado.
El portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón -que mantuvo un tenso cara a cara en directo con Barón en el telediario de las 20.30-, consideró que "la Presidencia del Parlamento Europeo en manos de un conservador inglés es mucho más favorlible para España que cualquier otra más integracionista".
Agustín Rodríguez Sahagún, portavoz del CDS, afirmó: "Personalmente siento mucho que no sea un español el vencedor, pero comprendo que en esa Asamblea se vota por razones ideológicas".
Josep María Trias de Bes, de Minoría Catalana, siente que "España no haya podido ocupar la presidencia del Parlamento Europeo", pero recuerda que Ios países de democracia antigua han demostrado que se inueven por ideologías y no por criterios de estricta nacionalidad". También mostró su pesar el portavoz del PDP, Modesto Fraile, aunque aseguró que "no está en juego el honor nacional.
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