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Ubicuos

Rosa Montero

La Audiencia Territorial de Madrid ha decidido que no existe incompatibilidad en los trabajos de 95 médicos. Nada más lógico: total, la mayoría de ellos tan sólo tenía tres y cuatro puestos en la sanidad pública. Además de ejercer la medicina privada, lo cual es un derecho inalienable. El hecho de que a muchos de los facultativos les coincidieran los horarios de dos trabajos diferentes, o que unos cuantos anunciaran sus consultas privadas en las horas de sus empleos públicos, es asunto también muy natural: con tanta triplicación y cuadruplicación de tajos, ¿qué otra cosa podían hacer los pobrecitos? Además, se trata de un detalle menudo y carente de toda trascendencia, pues es notorio que los médicos son los brujos de la tribu, y como tales poseen el secreto de la ubicuidad entre otros conocimientos mágicos e igualmente aterradores.No han salido sus nombres en la Prensa, pero es muy probable que entre ellos esté alguno de los doctores que habitualmente nos tratan. Imagínense: con tantos puestos de trabajo como ocupan, seguro que nos han tocado en una ocasión u otra. Cuando el divieso de la abuela, por ejemplo; o cuando el niño se comió la caja de las grapas. En fin, el caso es que ahora están instalados de nuevo en sus multisillones. Y como una es hembra de poca fe y desconfÍa de toda ubicuidad incontrolada, me temo que pueda seguir sucediendo lo de siempre, a saber: que la consulta del facultativo don Máximo Morrazo, pongo por caso, será atendida permanentemente por una doctora jovencilla, clorótica y francamente desmejorada de tanto pluriemplearse (eso sí, ella por dos duros) haciendo suplencias Ilegales. o bien nos pasaremos las horas en la atiborrada sala de espera de don Eximio Tupé, el cual llegará cinco minutos antes del final de la consulta y procederá a despachar a sus pacientes con primorosa diligencia, recetando bicarbonato al taquicárdico, aspirina al gastrítico y Bálsamo Bebé al leproso. Porque no hay tiempo para andarse con exquisiteces cuando se va con tanta prisa. Este país es prodigioso.

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