Algunos problemas al frente
En el horizonte estratégico, bien perfilado, de Explosivos Río Tinto, una de las pocas empresas españolas con posibilidades de competir globalmente en un país donde los grupos extranjeros parecen querer comprarlo todo, se han alzado algunos nubarrones importantes.Uno de ellos es el de Riotinto Minera, empresa en la que ERT participa con el 49% del capital social. A causa de la caída de los precios del cobre, que hacen inviable la explotación de la línea cuprifera, la empresa ha perdido en 1986 más de 5.000 millones de pesetas, lo que para ERT ha supuesto un buen mordisco en los beneficios previstos del pasado año. El kilo de cobre terminado se vende a 187 pesetas el kilo, cuando el coste directo puro es de 300 pesetas.
Otro problema grave es la crisis de la potasa, ocurrida a partir del verano pasado. La caída de los precios de este producto de ERT Potasas, cuyo principal cliente es ERT Fertilizantes, aunque un porcentaje importante se destina a la exportación, se ha traducido en que se esté vendiendo a 50 lo que cuesta 100 producir. Si el problema se prolonga más de lo que el grupo pueda soportar, el futuro de las minas de Cardona y Sallent es más que comprometido. Los impactos de la minería del cobre y las potasas superan los 20.000 millones de pesetas para ERT.
Nubarrones también existen en algunos negocios, como los plásticos, donde las cosas no están claras y donde habrá que meter el bisturí si la rentabilidad no se concreta.
Los más satisfechos de la reciente performance de ERT son los acreedores bancarios, 130 instituciones nacionales y extranjeras, que han cobrado ya más de 70.000 millones de pesetas tras el acuerdo de marzo de 1984, cifra que estaba comprometida para finales de 1987. Sin el impacto de la entrada en la CE, el grupo químico hubiera cumplido de sobra sus compromisos antes de los plazos previstos. La presencia del año 1992 impone a Explosivos Río Tinto, sin embargo, un esfuerzo inversor inusitado, que obliga a renegociar los restos de la crisis de 1982.
Volcarse en la inversión
La gerencia de ERT está decidida a dedicar todos los recursos del grupo a inversión, no a pagar esos créditos. participativos, de los que, no obstante, en 1986 ha comprado ya unos 4.000 millones de pesetas, sin interés. Todo parece indicar que la banca deberá aceptar una importante quita en tales créditos, para cobrar antes lo restante y asegurar el futuro de la sociedad.En cuanto al resto dé la deuda, de la que quedan poco más de 40.000 millones de pesetas de los 119.000 a que se elevaba cuando estalló la crisis, el objetivo de ERT apunta a lograr su reestructuración a un plazo de siete años, con dos de carencia, "un objetivo razonable de cara a la gran aspiración de la competitividaá para 1992". El plan firmado en 1984 establecía que, de no pagarse en su totalidad a 31 de diciembre de 1987, ERT iniciaría negociaciones con cada entidad financiera, y en caso de no llegarse a un acuerdo, pagaría el 50% durante 1988 y el 50% restante en 1989.
Explosivos invirtió en 1985 en torno a los 8.000 millones de pesetas, de los cuales unos 1.200 lo fueron en investigación y desarrollo (I+D); en 1986 la cifra se habrá acercado a los 12.000 millones, con unos 2.500 destinados a I+D. La dotación a investigación podría alcanzar los 5.000 millones de pesetas durante el nuevo año.
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