El nombre del clavel

Se palpa los contornos como Rocío Jurado, guiña el ojo como Mae West, brinca como Karina cuando era niña, mira al cielo como Marifé, se abanica como Lola, levanta la pierna como Marilyn: Paco Clavel es muchas cosas a la vez. Irrumpe en la sala como un vendaval, recamado de marabús y complicidades. ¡Qué donaire, qué lascivia y qué cachondeo derrocha cuando se atusa la melena! Paco Clavel no es una loca; es la locura, que decidió hacerse mortal y encarnarse en este hombre menudo, rococó, locuaz y estrafalario. Cubre su cuerpo con leotardos negros, calza espectaculares botas doradas de ostentosa plataforma, magnifica las zonas intrigantes de su anatomía con sendos ramilletes de lentejuelas multicolores. Desde el inicio de su espectáculo proclama con toda honestidad que quiere ser reina por un día. Si Estrellita Castro y Groucho Marx se hubieran entendido, el fruto de estos quereres bien podría haberse llamado Paquito Clavel.Hace como que se sonroja, se esconde tras el abanico y susurra: "Como soy tan sencillo...". Y dice la verdad. Paco Clavel es tan sencillo que no tiene inconveniente alguno en andar por los escenarios y por el mundo con el alma rigurosamente desnuda y con la lengua desatada. Porque, según aseguran los que le conocen, Paco Clavel se comporta en la vida cotidiana exactamente igual que en los escenarios. Este hombre nació para cabaretera. Los amantes del género ya tienen otra excelsa patrona que se sienta en el regazo y que cuenta chismes sibilinos: "Lolita, esa mujer con bigote que ha sido tan desgraciada en amores...".

Paco Clavel es el nombre de la risa. A lo mejor en ese nombre está escondido algún fragmento del libro IV de la Poética, de Aristóteles.