Un engaño más
Algunos de los premiados con el gordo de la Lotería de Navidad que habían comprado participaciones en el bar del centro sociocultural del barrio del Cristo, en Palencia, no sólo se verán privados de los millones que les correspondían, sino que se han endeudado. Los bancos, en su política de captación de cuentas corrientes, anticiparon dinero a algunos de los afortunados, que no dudaron en tapar las primeras necesidades con el anticipo. De este modo, varias personas con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo se han encontrado de repente con unas deudas superiores a las 200.000 pesetas.La desaparición de Jacinto Sánchez Zambrana el pasado día 22 ya había creado sospechas entre los premiados. Pero la tranquilidad con que la legión de enviados especiales de los bancos ofrecían cuentas corrientes disipó las dudas. Todos los premiados enseñaban su recibo del banco al planteárseles la hipótesis de que Sánchez Zambrana no tuviese los décimos premiados.
Ni la mujer del ahora detenido sabía en la tarde del día del sorteo dónde se encontraba su marido. Así lo manifestó al enviado especial de EL PAÍS en el umbral de su casa del barrio del Cristo, mientras sus tres hijos correteaban alegremente por la calle. Al parecer, el matrimonio vivía momentos difíciles y en el barrio se rumoreaba que el premio de la lotería no iba a ayudar precisamente a superarlos.
Comprarse un coche
Por la noche ya se sabía dónde estaba el vendedor de las participaciones ahora detenido. Jacinto Sánchez pasó la tarde del día 22 celebrando su suerte en el bar Yacaré e intentando convencer a un representante comercial de Fasa-Renault para que le vendiese un coche al instante.
Durante esa tarde, Jacinto Sánchez confesó que tenía que hablar con un religioso marista de un colegio de Carrión de los Condes (Palencia), donde su hijo mayor cursa sus estudios. Ésta sería la persona que después hizo de intermediario entre el vendedor y la policía.
El detenido no mostró ninguna actitud que hiciera sospechar el presunto engaño durante los dos días que tardó en entregarse en comisaría. Durmió en su casa y el hecho de que no abriese el bar del club de jubilados era considerado normal por los vecinos. "Ya sabemos que eres rico pero al menos no nos dejes estos días sin el bar", le dijo un jubilado en la mañana del miércoles. Sánchez Zambrana prometió que abriría a las tres de la tarde. Después, tras conocerse la detención fue su esposa quien se puso tras la barra del bar.
Éste no es el primer engaño que se intenta con los vecinos del barrio del Cristo a cuenta del gordo de Navidad. El pasado día 22, nada más conocerse el número de los millones, subieron hasta el barrio varios individuos a la busca del negocio redondo.
El sistema era fácil, pero nadie picó. Los timadores intentaban cambiar talones de banco firmados a la fecha del día por las participaciones selladas del gordo. Como el dinero del juego no cotiza a Hacienda, el timador podía ahorrarse una cantidad importante por impuestos. Y el premiado, cuando le tocase declarar al fisco, se iba a encontrar con que su ingreso estaba sujero a imposición.
Estafas laborales
Los vecinos del barrio del Cristo estaban acostumbrados a otro tipo de estafas, como las laborales. Raro es el que no se ha visto abocado alguna vez al paro tras un expediente de crisis, por el que se enteraban de que su empresa no le había dado de alta en la Seguridad Social o no cotizaba por él. Pero para ellos era una cosa que entraba dentro de la normalidad. Ahora se consideran eternamente engañados.
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