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EL CAMBIO EN CHINA

La reforma militar de Deng divide a los mandos

Las medidas incluyen la modernización de la defensa y la reducción de un millón de soldados

Los funerales del mariscal Ye Jianying, fallecido el pasado 22 de octubre, a los 90 años de edad, fueron celebrados con todos los honores en Pekín en presencia de los altos dirigentes chinos, que rindieron homenaje al veterano soldado. Fue también un recordatorio de la importancia de las fuerzas armadas en la República, Popular China. Una fuerza de cuatro millones de soldados en vías de reducción y en proceso de modernización.

Ye Jianying, fundador junto con Mao Zedong y Zhou Enlai del Ejército Rojo de los Trabajadores y Campesinos, fue, a su vez, el elemento clave que participó en la detención, en 1976, de la banda de los cuatro, entre ellos la viuda de Mao Zedong, Jian Qin, y jugó un papel determinante en el proceso de cambio y apertura en China, inspirado por Deng Xiaoping. Ante la previsible próxima sucesión de Deng, de 82 años de edad, el ejército chino puede volver a mostrar su influencia."Lo que desea el Ejército chino es recibir mejor paga y dotarse de material moderno, y eso sólo lo podrá conseguir si avanza la modernización económica", expone un diplomático occidental, con sede en Pekín.

Sin embargo, en el seno del propio Ejército, no todos los mandos parecen conformes con la modernización, lo que hace de ésta una de las cuestiones casi tabú piara la Prensa china. Las divergencias se refieren al menos a la rapidez de algunos cambios, denunciados en ciertas ocasiones "como un peligro para la construcción de la sociedad comunista".

Cuando hace un año y medio Deng Xiaoping, responsable de la Comisión de Asuntos Militares y virtual jefe del Ejército Popular de Liberación, trazó sus líneas maestras de reforma del Ejército, la medida más espectacular fue el anuncio de la reducción de un millón de efectivos en las Fuerzas Armadas chinas. El movimiento fue aprovechado por Deng para retirar a una serie de altos mandos de la época en que, bajo el liderazgo de Mao Zedong, el Ejército chino era omnipresente en todos los estamentos de la vida del país, desde los cuarteles, a la política y las empresas, pasando por la Universidad.

Al servicio del uso doméstico

Deng Xiaoping redujo igualmente de 11 a siete las regiones militares en China. Muchos de los recursos tecnológicos de las empresas militares, en general mejor equipadas y con mayor disciplina que las empresas civiles, han pasado a dedicarse a la fabricación de bienes de consumo."Las motos Jia Ling, los televisores Río Amarillo o las lavadoras de dos tubos marca Aviación son productos elaborados por fábricas militares, con gran aceptación entre el público por su buena calidad", explica en Pekín Li Haiyan, redactor jefe del Diario de la Economía, que mensualmente dedica una página al tema La industria militar, al servicio del uso doméstico. Esta fórmula ha permitido, por otra parte, a muchos ex militares desmovilizados pasar a cobrar sueldos más adaptados a la realidad que los 10 yuanes mensuales (unas 350 pesetas) que cobran los soldados en China.

"El ahorro logrado gracias a la reducción de efectivos, que de todas formas podrían ser movilizados en caso de necesidad será dedicado a una modernización del Ejército chino", comentan fuentes diplomáticas occidentales.

China ha pasado a comprar tecnología militar occidental, sobre todo norteamericana, y ha demostrado al mundo su capacidad en tecnología aeroespacial al enviar sus primeros satélites de telecomunicaciones al espacio e, incluso, al alquilar sus servicios de colocación de satélites en órbita a otros países.

Entre las múltiples ferias que se organizan periódicamente en las grandes ciudades chinas destacan ya las especializadas en sectores militares -como la Asiandex 86, celebrada del 4 al 11 de noviembre, en Pekín- o la programada para marzo del año próximo, en Shanghai, la primera patrocinada por los departamentos militares chinos y dedicada a equipos de alta tecnología militar.

Un mercado con posibilidades

Para los vendedores de armas occidentales, que son la mayoría de países industrializados, incluida España, el mercado militar chino ofrece muchas posibilidades, como consecuencia de un proceso de reforma y modernización que parece emplear como fórmula para alejar a los militares de la política dotarles de mejor material. Pero uno de los escollos que encuentran las empresas extranjeras de tecnología militar en China es el hecho de que Pekín no respeta las convenciones internacionales sobre patentes -situación que está en vías de revisión- lo que no impide a la industria china importar material para copiarlo.Por último, otra de las reformas importantes introducidas por el equipo de Deng en el Ejército es el restablecimiento progresivo de las graduaciones visibles de mando y tropa.

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