De compañero de Castro a opositor armado
Eloy Gutiérrez Menoyo nació en Madrid el 10 de diciembre de 1934, hijo del médico Carlos Gutiérrez Zabaleta, socialista y comandante médico del Cuerpo de Carabineros del Ejército de la República durante la guerra civil, tras la cual tuvo que exiliarse, y se trasladó con su familia a Cuba. Su hermano mayor, José Antonio, falleció a los 16 años defendiendo la República en el frente de Madrid; y otro, Carlos, comandante de la guerrilla cubana contra Fulgencio Batista, murió en un asalto al palacio presidencial en 1957 y fue nombrado Mártir de la Revolución.En 1955 con 21 años, Eloy Gutiérrez Menoyo se unió a la guerrilla contra el dictador Batista y, tras combatir en el frente de Escambray, ascendió a comandante. Con el triunfo de la revolución, uno de los primeros decretos fue la concesión de la ciudadanía cubana a los tres comandantes hasta entonces extranjeros: William Morgan, el Che Guevara y Gutiérrez Menoyo. En 1960 fue comisionado para ofrecer apoyo logístico a los jóvenes españoles que pretendían organizar en París un grupo guerrillero contra el régimen franquista, pero los comunistas españoles convencieron a Fidel Castro de que era mejor abandonar el proyecto, y el Che Guevara se negó a dejar salir de Cuba los 900.000 dólares recaudados por Gutiérrez Menoyo.
Disgustado por el giro prosoviético de la revolución cubana y por considerar que Fidel Castro había traicionado al movimiento Veintiséis de Julio, comenzó a combatir al régimen castrista y tuvo que huir a Miami, donde fue detenido por las autoridades estadounidenses y recluido en el campo para inmigrados de McAllen, en Tejas. Fundó el grupo terrorista Alpha 66.
Levantarniento sin apoyos
Una vez liberado, se fue a Cayo Hueso, Florida, y empezó a preparar un levantamiento campesino en la isla desde el exilio, movimiento que nunca tuvo ninguna importancia real dentro del país. El 28 de diciembre de 1964 volvió a Cuba junto a otros tres ex oficiales de la revolución con el propósito de iniciar la lucha, y fue detenido días más tarde, el 23 de enero de 1965, tras enfrentamientos armados con milícianos. Los planes de levantamiento eran totalmente falsos y se encontró con la inexistencia de apoyos que le habían asegurado en Miami que existían.
Sometido a juicio, en el que uno de sus compañeros, Ramón Quesada, reconoció haber colaborado durante algún tiempo con la CIA, fue sentenciado a muerte, aunque se conmutó la pena por la de 30 años de prisión. En 1974 fue sometido a un juicio popular en el que fue condenado a 25 años más de prisión. Siempre ha mantenido su condición de plantado, nombre con el que se conoce a los presos que se niegan a vestir el uniforme carcelario de los presos comunes, y ha rechazado las propuestas de rehabilitación ofrecidas a cambio de mejor trato y reducción de la pena. A partir de 1981 se le aplicó un régimen de incomunicación.