_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

OSNI

Ante todo, es una diferencia visual. Estas manifestaciones estudiantiles son infinitamente más coloristas que las de aquel mayo dichoso que aún genera tanta nostalgia blanda en el poderoso gremio de los cuarentones. Hace 18 años dominaban los tonos pardos, el azul desteñido, las cazadoras de camuflaje, el verde oliva y las melenas cenicientas. Las únicas notas pintureras eran las rojas pancartas y las ideologías chillonas. Las movilizaciones de 1968 ocurrían en blanco y negro, y éstas son en Kodakcolor. El cuerpo de la manifestación lo componen ahora las policromías Benetton, el arco iris de Don Algodón, las sinfonías heráldicas de Tintoretto, las fluorescencias capilares, los rostros Polaroid, la gama Camper y esos jeans cada día más estridentes, negádores del blue original. En medio de tanta cuatrícromía destaca la palidez de sus pancartas y el gris de los pareados reivindicativos. En 1968 el color lo ponían las palabras, y en 1986 lo ponen los cuerpos. Todo un síntoma.Pero el gran espectáculo de. estas manifestaciones no está en las cromáticas protestas juveniles, sino en la perplejidad de los teóricos sociales. Aquellos acontecimientos mayeros que todo lo ponían en solfa sudaban filosofía e ideología por los cuatro costados. En el principio fue el verbo teórico, y un buen día se hizo carne de revuelta. La gran provocación de estas movilizaciones juveniles que colorean el asfalto está precisamente en la gozosa ausencia de cualquier teoría o ideología, de sociólogos e intelectuales de guardia, de filósofos y mandarines de tarima, del menor proyecto político. No sé si lograrán reformar la enseñanza, pero han logrado desconcertar a los enseñantes.

Acaso estos OSNI (Objetos Sociales No Identificados, los llamó alguien para conjurar tanta perplejidad) desaparezcan del mapa callejero con la misma velocidad que lo ocuparon. En todo caso han destrozado las viejas y monocromáticas teorías sociales, descolocado a los intermediarios políticos y jubilado a los blanquinegros ideólogos mayestáticos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_