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160 toneladas de sal, arrojadas en las calles en un simulacro de nevada

Una nevada de 160 toneladas de sal gorda cayó sobre Madrid en la madrugada de ayer. Un centenar de equipos mecánicos, 327 empleados de los servicios de limpieza del Ayuntamiento y sal, mucha sal, intervinieron en un peculiar simulacro que duró más de seis horas. Una vez al año, por estas fechas, los efectivos de la operación antinevada calientan motores para evitar que el frío les pille desprevenidos.El Ayuntamiento apuesta por la sal. Más de 3.000 toneladas del disolvente aguardan el momento en varios puntos estratégicos. En madrugadas como la del jueves, el hielo y la nieve están al acecho.

"Madrid es muy traicionero y no se puede bajar la guardia", advierte José Antonio Ramírez, jefe del departamento de limpieza de Chamberí. "Te pasas todo el invierno a la expectativa y luego resulta que nieva en primavera".

La operación antinevada mantiene en estado permanente de alerta a 2.000 empleados. Los meses críticos son diciembre y enero. El Servicio Nacional de Meteorología advierte cuando hay riesgos de nevada; mientras tanto, los empleados del servicio de limpieza están tan pendientes del suelo como del cielo. Saben que los primeros copos significan la inmediata incorporación al trabajo.

Entonces se pone en marcha un dispositivo que funciona con autonomía dentro de cada distrito y que está coordinado por el jefe del departamento de Medio Ambiente, Jorge Tinas. Objetivo: dejar libres de nieve las principales vías de acceso y las calles más transitadas del centro. Más de un centenar de camiones, ayudados de distribuidores, riegan las calles con sal gorda para disolver la nieve.

Atentos los porteros

Al mismo tiempo, otros camiones y carros se encargan de actuar en rincones concretos, como accesos de metro y entradas a los hospitales. Los porteros, conforme a la ordenanza municipal de limpieza, han de despejar las aceras y dejar la nieve en la calzada, junto a los bordillos.En estas situaciones, está también prohibido el aparcamiento de vehículos junto a bocas de riego y sumideros de alcantarillas.

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Es el cuarto año que se realiza un simulacro de este tipo, pensado para poner a punto los equipos mecánicos y preparar a las personas que intervendrán en caso de nevada y verificar las rutas previstas. El recorrido total de los itinerarios es de 350 kilómetros, y la operación se realiza por la noche para no interrumpir el tráfico.

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