España mantendrá su postura sobre las bases, aunque prevé presiones

El Gobierno está dispuesto a mantener "firmernente" su actitud sobre la reducción de tropas estadounidenses en España, a pesar de que prevé que en los próximos meses se produzcan diversas presiones sobre el Ejecutivo, una vez que las autoridades de Washington han comprendido que "es real" el proyecto español de lograr una fuerte disminución de militares norteamericanos destinados en la península, según coincidieron en afirmar ayer fuentes oficiales de Defensa y de Asuntos Exteriores.Según esas fuentes, una de las presiones consistirá en hacer ver al Ejército del Aire el coste económico que para las Fuerzas Aéreas supondrá la salida de los americanos de la base de Torrejón, cuyo mantenimiento lo paga en gran parte Washington. También se esperan presiones internacionales, especialmente desde el Gobierno de la República Federal de Alemania, así como gestos estadounidenses con el Gobierno de Rabat que repercutirían sobre España.

EE UU, según estiman las fuentes informantes, desea ganar tiempo en las negociaciones para evitar "un mal ejemplo" para Grecia y Filipinas -países que también se plantean el futuro de las bases estadounidenses en sus territorios-, y para que una salida forzosa de España repercuta negativamente sobre los congresistas estadounidenses partidarios de que EE UU no consuma tantos esfuerzos económicos en el mantenimiento de fuerzas militares en Europa.

El Gobierno español entregó al americano en julio pasado un informe de 17 folios en los que figuran con detalle los planes de reducción que España desea. El "punto fuerte" del documento es la salida de Torrejón de los 79 cazas americanos y de casi todos los 4.500 estadounidenses destinados allí. EE UU aún no ha respondido a la propuesta, pero mantiene que, si no se rebajan las pretensiones, pueden desmantelarse todas las bases. También España se ha mostrado partidaria de no firmar un nuevo convenio con EE UU si no se produce un acuerdo sobre una reducción real, que afectará al menos a 4.000 de los 12.000 militares americanos que ahora hay en España.