ETA quiere recuperar eficacia recaudatoria

Medios políticos vascos esperan un desenlace relativamente rápido del secuestro de Jaime Caballero, gerente de la empresa Papelera del Oria, aunque temen que si la situación se prolonga pueda encontrarse en peligro su vida. ETA, en efecto, además de hacerse presente cuando todos los partidos vascos, incluido Herri Batasuna, se esfuerzan en alcanzar acuerdos políticos, busca dinero para llenar las arcas y quiere recuperar la eficacia recaudatoria de tiempos pasados.Los terroristas tratarán de imponer a la familia de Caballero un ritmo de negociación muy rápido para evitar que el tiempo permita a la policía encontrar pistas seguras y aproximarse al lugar donde el industrial permanece retenido.

La familia de Caballero hainiciado ya el obligado ritual propio de estos casos, con la destreza de quien ejercita una rutina bien ensayada. Se comienza con la designación de un portavoz, abogado por lo general, que ahorra a los parientes más próximos el acoso de los medios informativos. Se niega siempre que exista el menor contacto con ETA o que se hayan recibido noticias de los secuestradores y, aun menos exigencias económicas. Mientras, alguien más o menos próximo a los ambientes nacionalistas viajará discretamente al otro lado, a petición de la familia o de sus representantes, para formalizar las relaciones conocer el precio que han puesto a la cabeza de la víctima y comenzar el regateo.

En el caso de Lucio Aguinagalde, afiliado al PNV, la persona que se desplazó al País Vasco francés fue Genaro García Andoáin, el delegado para asuntos policiales del Gobierno vasco, que luego moriría en enfrentamiento con el comando de ETA durante la liberación del rehén. García Andoáin trató de convencer a ETA de que Aguinagalde carecía de recursos económicos para hacer frente al rescate de más de 100 millones de pesetas que los terroristas reclamaban, y les advirtió que la Ertzaintza iba a trabajar intensamente para liberar al secuestrado.

Paralelamente, medios próximos al PNV pidieron a un abogado de Pamplona, sin relación con la política, que entrara en contacto con algún Intermediario de ETA y le hiciera llegar un balance de los bienes del pequeño empresario jubilado con objeto de probar que no podía satisfacer el rescate.