El primer mercado organiza una segunda división
Los tanteos compradores que se dieron al cierre de la sesión anterior comenzaron a dejarse notar ayer mismo, al propiciar un nuevo avance de los mercados de valores, aunque destacando el hecho de que parecen existir dos mercados claramente diferenciados, por una parte los valores industriales y por otra los sectores más potentes.Esta división no incluye dentro del segundo grupo a los valores bancarios, pues una de sus características más acusadas de los últimos días es la agilidad, precisamente el factor que sirve de base para esta informal división del mercado.
La difusión de los valores eléctricos y de Telefónica permite que los intercambios se realicen sin que el dinero tenga demasiada influencia en la evolución de las cotizaciones, como si su peso excesivo les impidiera unirse a los demás grupos. Éstos, por el contrario, se dejan influenciar a toda prisa por la presencia de papel y dinero, dándole al mercado una trayectoria hasta cierto punto irregular pero mucho más dinámica.
Las expectativas que se vienen valorando son las de unos meses sin la presión de unos precios al consumo alcistas, pero sobre todo la del posible beneficio que se pueda obtener con la esperada operación escaparate que, como todos los años, se realiza en estas fechas.
Los excelentes ejercicios de muchas sociedades les llevarán a tratar de mejorar sus cotizaciones de cara al accionariado, y ésta es una oportunidad que la inversión a corto plazo no va a dejar pasar.
En cuanto a lo que la sesión dio de sí, los acontecimientos apoyan la tesis de los dos mercados, pues eléctricas y Telefónica no pudieron seguir al resto de los sectores, con lo que los avances de los índices generales quedaron exclus1vamente a cargo de estos últimos. Los recortes de los valores eléctricos fueron muy cortos, sobre todo en lo referente a la primera fila. El sector de comunicaciones intentó mejorar su posición, pero al final todo quedó en una repetición que, no obstante, fue acogida con alivio.
El sector bancario acusó la presencia de papel en torno a la mayor parte de sus valores, tanto los siete grandes como el resto, cerrando la sesión con un equilibrio que escondía situaciones tan dispares como el avance de 20 enteros del Bilbao o la pérdida de la misma cantidad por parte del Vizcaya. El Hispano pagó un dividendo a cuenta del presente ejercicio de 20,50 pesetas líquidas, que descontó junto con 0,90 enteros. Los demás valores de este pequeño grupo repitieron su cotización anterior, actitud que concuerda con los saldos que tenían y con los volúmenes negociados, pues la contratación descendió en 66.000 títulos.
Los grupos industriales consiguieron enmendar la jornada gracias al mejor ambiente que se respiraba en sus corros. El dinero se centró en estos valores y los índices parciales subieron entre 4,12 y 7,79 puntos, quedando esta última cifra a cargo del grupo de construcción.
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