_
_
_
_
GENTE

Manuel Soto,

socialista, alcalde de Vigo, ha visto rechazado un regalo de 3.300 caramelos que hizo al barrio en que está ubicado el colegio Picacho, cuyos alumnos intentaron entrevistarse con él para pedirle balones y monitores deportivos, y, en su ausencia, recibieron como respuesta un desalojo "de oficio" por parte de la Policía Municipal. Ahora, estos niños, algunos de los cuales resultaron contusionados tras su encuentro con la policía, le han devuelto, íntegro, su obsequio. Este incidente ha provocado la presencia continua del alcalde vigués en los medios de comunicación locales y nacionales. Soto cree ser víctima de "una orquestación política programada por quienes quieren derribarme sin recurrir a mecanismos democráticos".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_