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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

No ha sido Martos

No todo Martos se ha solidarizado ni se solidarizará con lo que no es más que una actitud segregadora, racista y equívoca. Por favor, que dejen de utilizar el nombre de una comunidad para actos y opiniones en los cuales no caben ni están todos sus miembros. Si muchos de nuestros conciudadanos se autoinculpan del delito en cuestión, que no vengan con presunción y arrogancia a extender dicha culpa sobre los que estamos en una opinión muy distinta. A qué vienen, Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior si no, eslóganes como "Ha sido todo el pueblo", "Ha sido Martos" o los vivas a los inocentes, cuando en realidad fue un grupo de ciudadanos de un barrio. ¿Acaso es que con la autoinculpación masiva se busca de alguna forma la impunidad de los hechos?Nos parece que si la coordinadora cívica, convocante del acto, buscara realmente el buen nombre de nuestro pueblo, habría, ante todo, de favorecer la labor de la justicia, que es la única capacitada para esclarecer los hechos ante la opinión pública. Pensamos que con manifestaciones como la del día 21 de noviembre se evita dicha actuación. ¿Qué, si no, es una medida de gracia solicitada para los inculpados, como si fuera agua santa que borrara la mancha y los efectos del delito? El delito está ahí y hay que afrontarlo y esclarecerlo, dar una solución real y justa al problema. Las autoridades locales deberían colaborar más efectivamente en esta labor con la justicia y no sumarse, a título personal, a manifestaciones que han hecho aún más equívoca la situación. Nos parece realmente injusto culpar sólo a dos personas de la quema de las casas, cuando hay más posibles culpables y muchos más responsables. Y nos cuesta creer actitudes de la coordinadora cívica, que alega en todo su actuar "sentimientos de humanitario pesar", o "sentimientos colectivos de nuestro pueblo". ¿Quién les ha dado autoridad para constituirse en representantes de todo el pueblo de Martos? ¿Hacia quiénes van dirigidos esos sentimientos de humanitario pesar?

Son, pues, contradicciones que están muy lejos de la justicia real y que nos hacen pensar en una serie de motivaciones ligadas a cierta actitud demagógica: los sentimientos de los pueblos alguna vez han tenido poco que ver con la razón, la verdad y la justicia, y en muchas ocasiones han venido a servir a intereses particulares de grupo. Confiemos en que esta vez no sea así y ese grupo apasionado de conciudadanos afectados más directamente por el problema sepa encontrar realmente dónde están sus intereses. Es de vergüenza que se comience ya a calificar de síndrome de Martos cualquier conflicto entre payos y gitanos; de vergüenza por su inexactitud, ya que la raíz del problema en Martos no es exclusiva ni primordialmente racial, sino económica y social, de seguridad ciudadana y del nivel cultural.

Lamentamos como ciudadanos de Martos la parcialidad, injusta, de ciertos sectores sociales que se limitan a ver un conflicto racial en el asunto, extrapolando y exagerando sus dimensiones reales: ni esto es Fuenteovejuna ni nada tiene que ver con los campos de concentración nazis. Martos somos veintipico mil habitantes, y, por suerte para el pueblo, no todos están de acuerdo con ese lamentable conflicto. De ello damos fe los nueve abajo firmantes. Luis Teba Diego Villar, Miguel Ángel Fúnez, Beatriz Sánchez, Amparo López, Matilde Pérez, Mª Teresa Fernández, José Barranco y Francisco Martínez Castillo.

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