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El Gobierno japonés reprivatiza la red de ferrocarriles nacionales

A partir del próximo 1 de abril, la Red de Ferrocarriles Nacionales de Japón (JNR) quedará privatizada en seis compañías diferentes más una de transporte de mercancías, según aprobó el pasado viernes el Parlamento de Japón (Dieta), de acuerdo con las propuestas de reestructuración del sector público nipón presentadas por el Gobierno liberal que preside Yasuhiro Nakasone.

La privatización de la JNR incluye también la red de los célebres ferrocarriles ultrarrápidos de Shinkansen -denominados popularmente trenes bala por su velocidad superior a 200 kilómetros por hora-, que fueron inaugurados en 1964, en el tramo Tokio-Osaka."Estoy satisfecho de haber cumplido mi responsabilidad de transformar la JNR en una nueva JNR", declaró el primer ministro, Yasuhiro Nakasone, al término del voto en la Dieta (Parlamento japonés), que recibió el apoyo de los miembros del partido mayoritario, el Partido Liberal Democrático (PLD) y de los pequeños partidos del Komeito y del Partido Socialdemócrata. El Partido Socialista de Japón, principal fuerza en la oposición, y el Partido Comunista votaron en contra de la privatización de la Red Nacional de Ferrocarriles.

El Gobierno liberal de Nakasone, que ya privatizó otras dos compañías semiestatales en 1985, la Nippon Telegraph And Telephone y la Japan Tobacco, funda los argumentos de la privatización en la necesidad de reformar la Administración pública japonesa. El Gobierno quiere también cortar con el constante déficit que origina la red de ferrocarriles. El PLD espera recuperar parte de la deuda gracias a la venta de la JNR al sector privado, cubriendo el resto con el presupuesto público.

Ryutaro Hashimoto, ministro de Transportes, anunció el inmediato nombramiento de un comité especial, que prepara los trámites del pase al sector privado de la JNR después de 114 años de gestión pública. Presidirá dicho comité Eishiro Saito, presidente de la poderosa Keidanren (Federación de Organizaciones Económicas de Japón), equivalente a la patronal española.

En la nueva estructura de la JNR se prevé una reducción de empleo de 61.000 trabajadores -en una plantilla de unos 270.000-, de los cuales 30.000 serán contratados en empresas gubernamentales y otros 30.000 pasarán al sector privado.

La eventual pérdida de empleos en la histórica privatización de la JNR originó serias protestas por parte de los sindicatos de trabajadores ferroviarios. Desde el anuncio, hace varios años, de los proyectos de privatización, más de 30 empleados de la JNR se han suicidado en Japón ante el temor de perder el empleo. El caso dé la JNR ha sido igualmente politizado por organizaciones de extrema izquierda japonesa, en particular de la facción Schukakuha, que han venido organizando diversos actos de sabotaje en las líneas.

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