El Parlamento francés decide revisar la polémica ley de reforma universitaria
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El debate sobre la ley de reforma universitaria que lleva el nombre del ministro Alain Devaquet, que empezó ayer por la tarde en la Asamblea Nacional francesa, fue interrumpido a las pocas horas, y el proyecto pasó para su revisión a la Comisión de Asuntos Culturales. Este puede ser el primer paso para una reconsideración, por parte del Gobierno, de un proyecto que ha desencadenado el mayor movimiento de protesta estudiantil desde mayo de 1968.
Los alrededores del palacio Bourbon, sede de la Cámara, estaban fuertemente custodiados por efectivos de las Compañías Republicanas de Seguridad, que tenían orden de evitar que los estudiantes llegaran hasta las puertas del edificio, como sucedió el jueves al término de una gigantesca manifestación. Grupos de bachilleres se manifestaron en distintos puntos del país durante la jornada y gritaron consignas contra la ley y contra el ministro.Los grupos comunista y socialista han solicitado la retirada del proyecto, a la vez que presentaban más de 700 enmiendas y dos rnocíones previas, destinadas a prolongar el debate y, dar tiempo a nuevas movilizaciones estudiantiles. Las asambleas de los centros universitarios votaron ayer por la mañana la continuación del movimiento, centrada en tres puntos: prosecución de la huelga, ocupación de las universidades a partir del lunes y manirestación, el 4 de diciembre, en París, de todos los estudiantes rranceses. Los universitarios han pedido a todos los sindicatos de enseñantes, especialmente a la poderosa FEN (Federación de la Educación Nacional), que se adhieran al movimiento de defensa de la universidad pública e iguafitaria y que se extienda la reivindicación a todo el sistema escolar.
Un movimiento más amplio
Se ha advertido, por otra parte, una tendencia a incluir en las reivindicaciones de este nuevo movimiento estudiantil el rechazo del Código de la Nacionalidad y de la Ley de Drogadicción, recientemente aprobados por el Consejo de Ministros. Ello hace pensar que, si el Gobierno de Jacques Chirac no consigue aislar el movimiento estudiantil, éste puede convertirse en el motor de una corriente mucho más amplia, que podría convocar a los sectores sensibilizados por los problemas del racismo, discriminación de la mujer, drogadicción, etcétera en contra de una política calificada por la izquierda como de reaccionaria y agresiva contra los jóvenes. El ministro Devaquet, aunque no ha manifestado su intención de retirar la ley, ha expresado su comprensión hacia los estudiantes. "Quizás [este movimiento] es una forma de decirnos, ante un mundo difficil de comprender, que no hay soluciones simples, ni a derecha ni a izquierda", ha dicho.La Prensa más próxima al Gobierno, aunque ha denunciado la eventual recuperación política del movimiento por parte de la izquierda y el riesgo de manipulación de la buena fe estudiantil, no ha criticado directamente a los jóvenes huelguistas.
La llamada ley Savary, presentada por el Gobierno socialista en 1983, fue retirada después de tres semanas de debate en la Asamblea Nacional, en el que la derecha presentó también centenares de enmiendas destinadas obstaculizar su aprobación.
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