La responsabilidad de Giscard d'Estaing

Bokassa, con una gran voz, buena pronunciación y subiendo el, tono con cierta majestuosidad, leyó una declaración -o "mensaje", como la calificó-. En ese momento, toda la sala calló para escucharle, salvo el fiscal, que intentó interrumpirle."Me presento hoy voluntariamente ante los jueces", explicó Bokassa, que relató a continuación su versión sobre su derrocamiento. "En 1979, Valéry Giscard d'Estaing", dijo, "entonces presidente de la República Francesa, desvió al Ejército de la República Francesa de su deber, al organizar un golpe de Estado que violó la soberanía nacional de mi país. Para justificar una práctica contraria al derecho internacional orquestó una formidable campaña de desinformación y manipulación. Se me presentó como un asesino, un caníbal, un ladrón y un traidor a la patria".

"Durante mi exilio", explicó ayer el ex emperador, "reclamé un proceso justo y equilibrado porque quiero que estalle la verdad. Volví a Bangui sin poner condiciones ni exigir garantías. Sabía que sería detenido, pero soy un soldado, y un soldado no se esconde cuando está en juego su honor. No quiero ya desempeñar ningún papel en la vida política de este país".

"Centroáfrica acaba de dotarse de una nueva Constitución [Bokassa lamentó antes no haber podido votar]. Envío todos mis deseos al general Kalinga para que aporte a la nación la unidad y el progreso que garanticen su independencia". "Yo sólo aspiro a vivir en paz, rodeado de los míos y limpio de la infamia de estas acusaciones", concluía la declaración del ex emperador.

Según explican sus abogados, Bokassa está recluido incomunicado en una celda del cuartel de las Fuerzas Armadas centroafricanas en Bangui. Tiene derecho a dos duchas por semana, a una hora de paseo diario, a agua y al rancho de la tropa.