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Guerra de altavoces entre las dos Coreas

Según los surcoreanos, las falsas noticias sobre la muerte de Kim Il Sung son fruto de la guerra psicológica que se desarrolla en el paralelo 38

"No, señor, yo no oí nada, no estaba de servicio en la zona aquel día", explica el sargento Pinckley, de las fuerzas armadas estadounidenses, cuando, entre el grupo de turistas, el periodista pregunta, en el paralelo 38, en Panmunjom, si pudo escuchar cuando los altavoces de Corea del Norte comenzaron a difundir, el pasado domingo y el lunes, alusiones a una eventual desaparición del líder norcoreano Kim Il Sung.

En este momento, jueves día 20, a las tres de la tarde, desde el puesto de observación número cinco de la zona bajo control del grupo de países de las Naciones Unidas, en la línea divisoria entre las dos Coreas, los altavoces instalados en Corea del Norte, en las cercanías del pueblo de Kae Sung (denominado por los surcoreanos el pueblo de la propaganda) los altavoces difunden músicas patrióticas norcoreanas."Por lo menos podrían variar de vez en cuando y pasar algo de Rock'n roll", ironiza el guía-soldado estadounidense, levantando las risas del grupo de turistas, la mayoría norteamericanos.

En realidad nadie parece contar, o al menos es secreto militar, con las cintas grabadas de las alusiones que los norcorcanos comenzaron a difundir en su guerra de las ondas y que originaron una serie de rumores según los cuales el presidente de Corea del Norte Kim Il Sung, habría sido víctima de un atentado mortal. El hecho quedó nítidamente desmentido cuando, en la jornada del pasado martes, Kim Il Sung recibió en el aeropuerto de la capital noreoreana, Pyorigyang, al presidente y secretario general del Partido Comunista de Mongolia, Jambyn Batmonh.

"Nuestros soldados intentaron grabar en varias ocasiones las alocuciones de los rumores, pero fue imposible debido a que los cuarteles generales de nuestros enemigos están situados a más de un kilómetro de distancia y además hacía viento y había otros ruidos", decía, también en la tarde del pasado jueves, el ministro de Defensa de Corea del Sur, Lee Ki Baek, ante el comité de Presupuestos de la Asamblea Nacional, en Seúl. Sí, en cambio, Corea del Sur decía contar con pruebas de fotos y vídeos del momento en que los norcoreanos mostraron un gran cuadro de Kim Il Sung, desde el tejado de un edificio del pueblo de la propaganda, o colocaron algunas banderas a media asta, lo que contribuyó a acelerar las suposiciones, en Corea del Sur, sobre lo que resultó ser la falsa muerte de Kim Il Sung.

Vieja historia

"No son nuevos, ni mucho menos, los ataques de guerra psicológica que desencadena Corea del Norte y hay que estar muy atentos contra cualquier agresión", comenta el guía de la agencia de viajes que, en Corea del Sur, incluye como un atractivo más la visita al paralelo 38 -donde se dividió Corea en dos Estados, al término de la II Guerra Mundial- y en la zona de Panmunjom, donde se firmó, en 1953, el armisticio entre las dos Coreas después de tres años de guerra que costaron unos tres millones de muertos y la separación de millones de familias coreanas."Aquí se pueden hacer fotos, incluso del lado de Corea del Norte, pero absténganse de hacer señales a los soldados noreoreanos que miran por la ventana, porque podría ser utilizado como propaganda", explica el guía a los turistas que sacan sus cámaras para hacerse fotos del lado norcoreano en la única sala que, bajo control de las Naciones Unidas, sirve a veces de foro para conversaciones -interrumpidas desde primeros de año- de tipo humanitario entre las dos Coreas. Desde la ventana dos guardias norcoreanos miran con curiosidad a uno más de los múltiples grupos que, a diario, visitan la peculiar atracción turística, montada casi como un tour a una Disneylandia bélica.

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Antes de llegar a la parte surcoreana, lindante con la "zona desmilitarizada", que a lo largo de unos 250 kilómetros divide a las dos Coreas, el autocar de turistas ha pasado por varios controles militares, desde la salida de Seúl, capital surcorena situada a unos 60 kilómetros del paralelo 38.

"Observen que estos puentes metálicos, son en realidad trampas para cerrar un eventual paso a una invasión de tanques y soldados procedentes del norte", explica el guía turístico. Al tiempo, recuerda que está prohibido fotografiar las murallas de piedras que deberían proteger, teóricamente, una invasión de tanques procedentes del norte.

Catacumbas

Otro de los platos fuertes de la visita turística a la zona de Panmumjom, -de donde salieron los rumores de la supuesta muerte de Kim Il Sung- es la visita -al denominado "tercer túnel de la agresión" o las "catacumbas de Corea del Norte, bajo la zona desmilitarizada".Es un túnel descubierto por los surcoreanos, en octubre de 1978, a través del cual los noreoreanos podían enviar teóricamente por sorpresa hasta un batallón de soldados a Corea del Sur, en menos de una hora, saltándose por debajo de la tierra la barrera controlada de la "zona desmilitarizada". Allí se vigilan y se espían mutuamente, armados hasta los dientes, norcoreanos y sureoreanos, éstos últimos apoyados por la presencia de unos 40.000 soldados estadounidenses estacionados en Corea del Sur desde el fin de la guerra de Corea hace ya 36 años.

"Acabemos con el comunismo, bebamos el agua de la reunificación", figura en un cartel, en coreano e inglés, expuesto en el interior del túnel, a 73 metros de profundidad, aprovechando unas filtraciones de agua que sirven de refrescos a los turistas curiosos o a grupos de estudiantes que se amontonan en el túnel.

Finalmente, los turistas regresan a sus confortables y modernos hoteles de Seúl, después de una vuelta de siete horas por una de las zonas más calientes del globo, con guerra psicológica por ambos lados, banderas monumentales, en el norte y en el sur, montadas en torres al estilo de la torre Eiffél parisina, todo ello como elementos capaces de ser incluidos como una atracción turística que, además, puede crecer si continúa la (guerra de los altavoces).

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