Contaminación viril
Sus recientes incursiones en el mundo de la novelística española, en el que, por decirlo elegantemente, ha penetrado usted como un caballo en una cacharrería, le han hecho bajar la guardia sensiblemente. en lo que a la dirección del periódico se refiere. De no ser así -por cierto, ¿para cuándo su segunda novela soviética?-, es difílcilmente explicable la publicación de una crónica tan burda, reaccionaria y tópicamente idiota como la que firma su corresponsal en Bonn, Hermann Tertsch, el 13 de noviembre, sobre las 13 mujeres militantes de la GAL y ganadoras de las elecciones regionales de Hamburgo del 9 de noviembre. En resumen, como a su adorado Barrionuevo, le han metido un gol. Repase usted, si la redacción de su segunda novela no se lo impide, o haga usted repasar a alguno de sus colaboradores -adjuntos, a la dirección, o directores adjuntos la ya mencionada o susodicha crónica y advertirá fácilmente cómo su corresponsal confunde opinión e información en su caricaturesca versión del programa ganador, que no nos da la menor idea del programa auténtico, y la contaminación tan viril de feminismo-lesbianismo-sexis-mo y machismo; en fin, la pedorrez global de tan cuidada página periodística. Ya imaginará que la hemos recortado para conservarla entre nuestros más preciados recuerdos, junto al original de esta carta que, por supuesto, nunca verá la luz en su periódico, y la solapa de su brillante primera novela.Creemos que todo ello, salvando las distancias, forma, indudablemente, un conglomerado unitario que, estamos seguras, adquirirá con el tiempo un valor testimonial y un perfume de época-
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