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"En elecciones, los otros venden pedazos del pastel de HB"

Las elecciones autonómicas del País Vasco son unos comicios de tono fuertemente presidencialista, y Herri Batasuna es la única fuerza política con capacidad para conseguir representación parlamentaria que no presenta aspirante a lendakari ni programa con medidas de gobierno. lñaki Esnaola, primer candidato por Guipúzcoa -donde HB está en condiciones de disputar la primera plaza y donde conseguirá previsiblemente su mayor porcentaje de votos- afirma que esta actitud es coherente con el objetivo político fundamental para la coalición abertzale, la reforma del marco constitucional y el reconocimiento del derecho de autodeterminación. "Yo puedo decir que soy independentista", argumenta, "pero el pueblo vasco carece del instrumento político para que un pronunciamiento mayoritario en tal sentido, llegado el caso, conduzca a alguna parte. Eso es lo que explica la continuación de la violencia".Esnaola, abogado, militante desde su juventud en organizaciones del entorno de ETA, nació de padre nacionalista y madre carlista en Deba (Guipúzcoa) hace 38 años. "El mismo día en que Txiki Benegas", apunta, "aunque todavía no sé cuál de los dos llegó antes al mundo". Debe de tener propensión a algún tipo de coincidencia con sus adversarios políticos. En San Sebastián pertenecía a la misma cuadrilla juvenil que Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, dirigente y motor, hasta su desaparición, de ETA P-M; y al terminar Derecho empezó, a trabajar de pasante en el despacho de Juan María Bandrés, "como él se encarga de recordar cada vez que puede", dice, "y demostrando menor respeto del que yo le tengo". Esnaola reconoce que aquellos dos años de relación con el actual presidente de EE le centraron profesional y políticamente. "Bandrés era un luchador antifascista muy válido, pero yo quería ser más cosas. Seguimos rumbos distintos ya desde la escisión de ETA entre milis y polimilis".

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Los irreductibles

Nunca ha pertenecido al PNV. Explica la proximidad a ETA desde sus primeras inquietudes políticas precisamente por la insatisfacción que experimentaban muchos jóvenes frente al partido de Sabino Arana y por el "salto social que propugnaba ETA, y sólo ella, desde el campo abertzale". Y los argumentos de fondo no parecen haber cambiado mucho, porque Esnaola cree que HB representa hoy la gran fuerza que denuncia la insatisfacción provocada por una situación política vacía y hueca".

El objetivo de HB, según su primer candidato por Guipúzcoa, es conseguir el mayor número de votos posible, más'que alcanzar una determinada cifra de diputados. Al menos mientras exista el mismo marco constitucional, porque HB va a mantener su práctica de no participar en las instituciones. Esnaola advierte que "en un momento que nos parezca importante, podemos presentarnos e intervenir", y añade a renglón seguido que esta posibilidad no guarda relación con la designación de tal o cual candidato a lendakari después del 30 de noviembre. "No vamos a interferir en la fórmula de gestión de las provincias vascongadas que resulte de las elecciones".

A HB le interesa más "aprovechar las enormes contradicciones a que dará lugar cualquier coalición, excepto la de EE con el PSOE, que no ofrecería ninguna contradicción". No le preocupa la posibilidad de que el próximo lendakari sea un socialista, porque "pondría de relieve el horroroso fracaso del nacionalismo regionalista y hasta podría ser un hecho positivo si sirve para que las bases de ciertos partidos se impongan a las direcciones tibias y les obliguen a buscar soluciones viables, mayófitariamente asumidas, para pelear contra el centralismo feroz".

El sentido de ETA

Esnaola asegura que HB no puede condenar los atentados de ETA "sin que se hayan aclarado antes cuestiones que son las que permiten a ETA moverse en Euskadi como pez en el agua". El ciudadano vasco, afirma, "carece de instrumentos políticos y de cauces efectivos para luchar democráticamente y decir si es o no independentista; el día en que los tenga carecerá de sentido la lucha armada". El nuevo marco político, reivindicación insistente de HB, consistiría "en abrir los caminos para que Euskadi en el futuro pudiera ejercitar el derecho de autodeterminación y arbitrar fórmulas de unión de las vascongadas y Navarra en una comunidad única".Si se le pregunta por la voluntad de los navarros responde a la gallega: "¿Cuál es la voluntad de los navarros, la de antes o la de ahora? El PSOE antes decía que Navarra es Euskadi y ahora dice que no. ¿Se les ha preguntado a los guipuzcoanos o a los alaveses si son Euskadi? Se les ha preguntado en todo caso si querían un proyecto de estatuto. A los navarros, ni eso".

Esnaola reconoce que la alternativa de HB puede ser considerada utópica frente al Estatuto, pero no cree que lo sea. "La mejor prueba es que cuando llegan las elecciones los demás partidos nacionalistas ofrecen partes de nuestro planteamiento. La fuerza de HB radica en que otros partidos no pueden enfrentarse a nuestros objetivos, porque su base los comparte, y cuando llega la hora de buscar votos, venden pedazos de un pastel que HB ha ofrecido hace tiempo".

Tampoco cree posible terminar con el terrorismo de ETA sin una negociación política, sobre la que se muestra abiertamente optimista. "La negociación no está tan lejana, va a llegar. A veces, cuanto más alejadas están las palabras más próximos están los pensamientos".

"El pasado verano", añade, "'quedó claro que el Gobierno no quiso negociar, pero el Gobierno ya ha dicho en otros casos 'de ese agua no beberé' y ha bebido. Alguna vez se acercará tanto que ya no pueda recular".

Casado con una profesora universitaria de historia, con dos hijos de ocho y tres años, Esnaola distrae con la música los escasos momentos de ocio que le dejan su actividad de abogado de provincias, defensor de presos acusados de delitos de terrorismo y dirigente de la coalición. Pocos saben que, es un apasionado de la ópera y que no pierde ocasión para acudir al teatro Real cuando viaja a Madrid. Dice que no es insensible a la sensación de rechazo generalizad6a las posiciones de HB tras un atentado especialmente cruento, como el que costó la vida al gobernador militar de Guipúzcoa y su familia: "Esos momentos resultan duros, como dura es la vida de este pueblo. Es entonces, quizá, cuando más se siente la necesidad de continuar Iuchando por una salida viable, negociada, y un armisticio de ETA".

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