200 familias de Palomeras viven en casas en ruinas por el retraso de la reordenación

"Es urgente que la Administración facilite una vivienda en condiciones a las casi 200 familias de la colonia de San José y de los núcleos de casas bajas cercanas. Están casi en ruina, y nosotros no tenemos la culpa de que el recorte en los presupuestos haya retrasado la remodelación de Palomeras". Un portavoz de ia asociación de vecinos de la colonia planteaba así la cuestión, que no deja dormir con tranquilidad a 200 familias del barrio

.La colonia de San José, en Palomeras Bajas, se terminó a mediados de la década de los años cincuenta. Son 148 casas de dos y tres plantas, con cuatro y seis viviendas cada una, respectivamente. En aquel entonces la zona aún tenía muchos vestigios del medio rural, y las propias casas lo atestiguan: construidas unas pegadas a otras, formando rectángulos abiertos por uno solo de sus lados, con patios interiores más amplios que las propias viviendas -que no superan los 40 metros cuadrados-, con pavimentos interiores de guijarros y con las aceras bordeadas de árboles.El problema, explica un portavoz de la asociación de vecinos de la colonia, es que los materiales de construcción empleados no tuvieron la calidad mínima requerida y no se tuvo en cuenta la geología del terreno, de arcilla, a la hora de la cimentación de los edificios.Hoy, casi treinta años después, la mayoría de las casas presentan enormes grietas en paredes interiores y muros de carga. En algunos casos, los cimientos han cedido y las casas se han partido por la mitad. Las fachadas están cubiertas de costurones de cemento que taponan unas grietas que se vuelven a abrir a los pocos meses. La humedad en las habitaciones es palpable, y las grietas en los suelos permiten el acceso de las ratas al interior de las casas.

Barrio tranquilo

"La pena es que, por el estado de ruina de las casas, no tengamos más remedio que marcharnos, porque el barrio es bonito y tranquilo, y pocos vecinos cambiarían sus casas, si estuvieran en buenas condiciones, por un piso en un bloque", dice el portavoz de la asociación. Al margen de que el problema no se ciñe a las 567 viviendas de la colonia, sino a los cientos de casas bajas, de menores dimensiones y peor calidad de construcción, que rodean la colonia.Todos ellos son los últimos de Palomeras, la última fase de la reordenación de las 12.000 viviendas del barrio. El recorte en los presupuestos para la construcción de viviendas públicas ha motivado que las obras de las 1.200 viviendas que se construyen en Vallecas, cerca del hipermercado Alcampo, no se terminen hasta mediados de 1987, con un año de retraso, ni que no se haya iniciado aún la construcción de otras 500 viviendas a la altura de Pedro Laborde, que ya debían estar terminadas o a punto de terminarse. "Parece que no tendremos más remedio que aguantar en las casas" , añade el portavoz de la asociación, "y eso no nos importa demasiado a los que las tenemos en relativo buen estado, pero es imposible que las 200 familias cuyas casas están prácticamente en ruinas puedan aguantar dos o tres años más. La asociación considera imprescindible que a estas familias se les adjudique una vivienda sin más tardanza".