El 'affaire' D. Madrid
Son muchas y muy jugosas las enseñanzas que todos podemos deducir del affaire Demetrio Madrid. En primer lugar, la dignidad del político que quiere someterse a la justicia desprovisto de la aureola que se desprende de los atributos de su cargo, sin mezclar para nada sus presuntas responsabilidades por una actuación mercantil con su actividad institucional. También, la serenidad de los castellanos-leoneses, que no han alterado sus quehaceres cotidianos ante la noticia, porque el procesamiento de su presidente -por unos negocios familiares- no implica ofensa alguna a la comunidad autónoma.Paralelamente, hay que subrayar que su partido deja que uno de sus militantes -por alto y eficaz que sea, por mucho que su organización le deba- resuelva sus problemas particulares dentro de la esfera personal que exige la situación. Confío en que habrá magistrados que valorarán adecuadamente este precedente y no duden en aplicar las normas procesales a todos los españoles por igual.-
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