El 80%, de los radicales asistentes al congreso de Roma rechaza la disolución del partido
El 32º Congreso Nacional Radical, que se está celebrando en Roma, entró ayer en la parte decisiva del debate, y la sorpresa mayor ha sido que el 80% de los afiliados presentes y que tienen derecho a voto se opone firmemente a la disolución del partido. Por ello, si los actuales dirigentes, empezando por Marco Pannella, verdaderamente han decidido, como se rumorea, adoptar dicha opción, deberán poner en movimiento todos sus resortes de fantasía y creatividad para convencer a los congresistas de la oportunidad de que el partido cese su actividad parlamentaria.
También los representantes de los otros partidos, sobre todo socialistas, republicanos y liberales, insistieron ayer en que los radicales deben escoger "la vida" y no "la muerte".Claudio Martelli, vicesecretario del partido socialista, se llevó un aplauso estruendoso cuando empezó su discurso diciendo: "Queridos compañeros, yo no creo en vuestra desaparición sencillamente porque no quiero creérmelo". Martelli insistió en el precioso papel que pueden jugar los radicales en la creación de un "polo laico-socialista" que resulte un eje central de la política del país y que impida que el partido comunista, en una posible alternativa a la Democracia Cristiana, se convierta en la fuerza hegemónica de la izquierda italiana.
El dirigente socialista, como también los republicanos y liberales que intervinieron ayer, han insistido en que para reformar a fondo las instituciones, la televisión estatal y la justicia, las fuerzas progresistas "necesitan de la presencia radical en el Parlamento".
A sólo 48 horas de la decisión final, todo queda aún, sin embargo, en el aire, y puede que haya sorpresas hasta el último momento, sin excluir que el congreso no acabe el domingo. Parece ser que lo que Pannella desea es lanzar una especie de refundación del partido.
Retirada comunista
Mientras tanto, la Federación Juvenil Comunista ha abandonado el congreso, ofendida por las críticas hechas por los radicales al partido de Alessandro Natta. Pannella los ha agredido verbalmente, recordando con nostalgia a los jóvenes comunistas de Enrico Berlinguer, los cuales, dijo el líder radical, "no se preocupaban de llevar pendientes".El congreso radical es como una especie de gran arca de Noé donde se puede encontrar de todo: jóvenes hindúes, sacerdotes católicos progresistas como Gianni Baget-Bozzo y hasta un jesuita conservador de 56 años, napolitano, que ha pagado al contado las 15.000 pesetas de afiliación al Partido Radical para tener derecho a intervenir en el congreso, "para convencer a los abortistas radicales de que se conviertan".
Su preocupación era ayer que le pudiesen señalar su turno para hablar "a las 12 de la noche", aunque ya ha advertido que él es un hombre de fe y que hablará aunque tenga que hacerlo "ante las sillas vacías"
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