Ninguno de los nueve expulsados piensa volver a la situación activa
Los nueve oficiales expulsados en 1976 de las Fuerzas Armadas por pertenecer a la Unión Militar Democrática (UMD) no tienen previsto volver a la situación activa en los ejércitos, si bien alguno prefirió ayer no definirse tajantemente al respecto. La mayoría de quienes ayer fueron consultados indicaron que solicitarán pasar a la situación de reserva transitoria, una vez que consigan el grado militar que ahora tendrían de haber continuado en activo durante todos estos años.Los afectados son el comandante Luis Otero, hoy jefe de informática de la Sociedad General de Autores -será coronel cuando las Cortes aprueben el proyecto del Gobierno-, y los capitanes -ahora serán comandantes- Fermín Ibarra (jefe de informática del Ayuntamiento de Madrid), Restituto Valero (dedicado a negocios de importación en Venezuela), Manuel Fernández Lago (abogado), Jesús Martín Consuegra (jefe de personal de una empresa), José Fortes Bouza (director de un instituto de enseñanza media en Pontevedra), Fernando Reinlein (redactor-jefe de Diario 16), José Ignacio Domínguez (piloto de Iberia) y Antonio Herreros (trabaja en un negocio familiar).
Una vez aprobada la ley en las Cortes, todos ellos podrán optar por una de estas tres salidas: incorporarse a la situación activa en los ejércitos abandonando sus actuales empleos, pasar al refiro cobrando un porcentaje de sus salarios actualizados o pasar a la reserva transitoria.
En la actualidad, todos ellos cobran al menos el 80% de sus salarios como militares retirados con el empleo que tenían en 1976. En caso de pasar a la reserva transitoria, podrán cobrar íntegramente sus salarios con los empleos actualizados. Por tanto, desde el punto de vista económico, es la situación más beneficio sa para ellos, ya que podrán mantener sus actuales empleos.
No obstante, los afectados siempre han señalado que buscaban una "satisfacción moral" a la discrimación que sufrían por no habérseles aplicado en toda su extensión la amnistía de 1977.
Ayer, todos los consultados coincidieron en valorar muy positivamente la solución propuesta por el Gobierno.
Volver un día
Fernández Lago y Herreros, como en días anteriores lo hicieron otros de sus compañeros, aseguraron que no tienen previsto incorporarse a la situación activa en los ejércitos. Ibarra dijo que lo pensaría, mientras Reinlein comentó: "Yo voy a volver y al día siguiente, decidiré lo que hago como cualquier otro comandante del Ejército".
Reinlein precisó que es una cuestión de menor importancia lo que hagan. "Lo importante es que el Parlamento, si aprueba el proyecto, legitimará que es lícito, como hizo la UMD, conspirar desde el seno de las Fuerzas Armadas contra una dictadura". Martín Consuegra dijo que pensará "muy mucho" si vuelve al Ejército.
Con respecto a los alféreces afectados por el mismo, proyecto gubernamental, se trata de Francisco García García (profesor de EGB en La Coruña), Juan Vázquez Ruiz (controlador de Cepsa en Cádiz), Faustino Canga (empleado de banca en Oviedo) y Mario Fallos (sin empleo). Canga dijo ayer desconocer si el proyecto gubernamental incluye la actualización de sus empleos, como en el caso de la Unión Militar Democrática, y el iregreso al Ejército en la situación activa. De no ser así, comentó, "nos sentiríamos discriminados".
El proyecto del Gobierno prevé que estos alféreces, expulsados en 1973 de la Academia de Infantería de Toledo, puedan acogerse a un decreto de 1954, según el cual los alféreces expulsados de academias militares pueden incorporarse al Ejército, pero en la llamada Escala Auxiliar.
Desde algunos ámbitos gubernamentales se tomó ayer contacto con varios miembros de la UMD para sugerirles que, si deseaban realizar algunas declaraciones públicas, lo hicieran moderadamente y que, a ser posible, aclarasen que no pensaban reingresar en los ejércitos.
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