Siguen las novatadas

Ese diario tuvo la atención de publicar una carta mía en su edición del 29 de noviembre de 1984 (página 12). Su tema, las novatadas. Estimo que bueno será informarle a usted y a la opinión pública de cómo y cuánto hemos progresado en este país, desde hace dos años, en materia de civilidad, civismo o civilización estudiantil. Como se quiera.El tema de mi carta anterior era el hecho de haber dado de baja a mi hijo del colegio mayor de Madrid Diego de Covarrubias, porque no le mandé allí a soportar las estupideces, y me quedo corto, de los ya curtidos machos veteranos. Y, cosa mas importante aún, para que no cayera en la humana tentación de a su vez, serlo él mismo y actuar como aquéllos en los años siguientes.

Marchó de aquel colegio y, francamente, acertamos. Me dirigí sobre ello a las altas instancias y no he vuelto a saber nada hasta el 20 de octubre. Por TVE fue dada la noticia, con imágenes, de una chica joven, y su nombre, Antonia Toral, que en Granada, en la facultad de Medicina, se echó por la ventana y resultó lesionada. Motivo: llegan hacia la dependencia en que se encontraba los machos veteranos para hacerle una novatada. Querían espabilarla, vaya.

Es algo vergonzoso. Las novatadas siguen. Al igual que las consiguientes dimisiones: ha dimitido el señor ministro del ramo, el señor director de lo que proceda, el señor rector de la universidad de Granada y el decano de la facultad. Ha sido ejemplar. Soy un viejo que cuando era joven y advertía situaciones como la que lamento estaba seguro de que mi generación lo cambiaría. Ni la mía, la de la posguerra, ni la siguiente.- Abogado.