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El último de una generación de combatientes

DESAPARECE UN ESTADISTA AFRICANO

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La muerte del presidente sitúa a Mozambique al borde del Caos

Con la muerte de Samor a Moisés Machel desaparece un jefe respetado por su pasado de combatiente, un hombre de vivísima inteligencia y auténtico humanismo", que "desempeñaba" un papel fundamental para la busca de la paz y del equilibrio en e[ África austral. La opinión es del diputado y ex ministro socialista portugués Antonio Almeida Santos, uno de los muchos políticos lusos, de todos los sectores ideológicos, que sentían orgul1c en declararse "amigos personales" ¿le Samora Machel.último de una generai-,ión de combatientes contra el colonialismo portugués en África, del que fueron representante 3 Amílcar Cabral, Eduardo Mc.ndlane y Agostinho Neto, Samora Machel supo mejor que ninguno atinar el carisma del caudillo guerrero, la inteligencia instintiva y la habilidad diplomática.

Hasta la independericia de Mozambique, el 25 de jitnio de 1975, Machel siguió el trayecto clásico de casi todos los jefes de movimientos de liberación triunfantes: modesto enfermero, pero orgulloso de ser clescendiente de un jefe tribal que luchó contra el colonialismo y muno desterrado en una isla de las Azores, se sumó a los 29 años al Frente de Liberación Úe Mozambique (Frelimo), recién creado por Eduardo Mondlarte, un intelectual formado en las universidades norteamericanas. Accedió a la dirección del Frelimo tras la crisis que sucedió a esta organización después del asesinato de Mondlane en 1969.

La buena organizaciórt política, administrativa y militar del Frelimo en el momento de la independencia, la transición del poder sin convulsiones, llevan la marca del talento de Machel.

Pero su originalidad se afirmó en la fase posterior. Considerando el papel de la ideología corno necesario para dar un rumbo al .proyecto de nación", S-amora Machel llevó el Frelimo aabrazar el socialismo cientifico, pero conservando siempre una d.esconfianza irónica en relacióna todos los dogmatismos reductores. Le bastaba su facilidad comulicadora -a veces pronunciaba:;us discursos cantando- y algunas ideas con fuerza para convencer.

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