Los GEO liberan a 12 rehenes en una sucursal del Banco de Sabadell en Barcelona
Efectivos de los Grupos Especiales Operativos (GEO) liberaron a las 23.16 de ayer a 12 rehenes en una sucursal del Banco de Sabadell situada en la calle de la Cruz Cubierta, de Barcelona, donde dos atracadores los mantuvieron secuestrados durante 10 horas. Ninguna persona resultó herida durante el asalto. La entrada de los GEO en la oficina bancaria se produjo por la puerta principal del edificio, tras oírse tres explosiones y varios disparos intimidatorios. Dos geo se aproximaron a la puerta del banco y colocaron un explosivo mediante una barra rodeada de un cable para accionar el dispositivo a distancia. Así se produjo la primera explosión, seguida de otras dos de efectos partes. Inmediatamente, los miembros de los GEO penetraron en la sucursal, liberaron a los rehenes y detuvieron a los dos atracadores. El público premió con aplausos la acción de los agentes cuando abandonaron el lugar de los hechos.
Previamente, la policía había detenido a Julia Rivero Juez, de 25 años, que había participado en el inicio del atraco y había intentado huir camuflada entre un grupo de rehenes que fueron liberados a primeras horas de la tarde. La detenida, drogadicta, según la policía, había participado en varios atracos -uno de ellos reciente, en la provincia de Tarragona-, por lo que fue reconocida por la policía cuando salía de la sucursal.Los otros dos atracadores son dos jóvenes con antecedentes policiales, uno de los cuales, Domingo Pensado Álvarez, alias Toni, de 29 años, tiene antecedentes por atraco, lesiones graves y tenencia de drogas. Se había fugado de la cárcel de Badajoz el 1 de julio de 1985. Los dos atracadores fueron trasladados al hospital del Mar, bajo los efectos del síndrome de abstinencia. Esta circuinstancia dificultó en las últimas horas las negociaciones que policía y secuestradores mantuvieron durante toda la tarde.
Ocupadas tres armas
La policía localizó el piso donde vivían los tres atracadores, donde detuvo a una cuarta persona, sobre la que pesaba una orden de busca y captura. Se ocuparon a los detenidos dos pistolas y un revólver, robado a un guardia jurado de un banco.
El atraco se inició a las 13.20 horas, cuando tres personas -dos hombres y una mujerpenetraron en la sucursal del Banco de Sabadell situada en el número 80 de la calle de la Cruz Cubierta, de Barcelona. La policía, avisada por un empleado, sorprendió a los atracadores cuando aún no habían abandonado el banco, donde se hicieron fuertes con empleados y clientes como rehenes. Dos horas después de iniciado el asalto, los atracadores dejaron salir a cuatro mujeres: dos clientes, una empleada y la cómplice de los asaltantes. Inmediatamente después de salir de la entidad bancaria, la mujer atracadora fue separada del grupo y, con la cabeza cubierta con una chaqueta, trasladada a comisaría en un coche de la policía. Anoche permanecía en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía.
Poco después de las seis de la tarde, la policía instaló delante de la oficina un grupo electrógeno, que fue arrastrado por un Land Rover, y un empleado cortó el gas de la zona para evitar explosiones.
Los atracadores, que hablaron telefónicamente con diversos medios informativos minutos después de encerrarse en las instalaciones bancarias, exigían un microbús, 10 esposas y que la policía despejara la calle inmediatamente. "Si no lo hacen así, empezaremos a matar rehenes", dijeron.
Las negociaciones entre la policía y los atracadores se iniciaron en la puerta de la sucursal, a través de los cristales. En un primer momento, uno de los delincuentes remarcó que, si a las tres de la tarde no se habían cumplido sus exigencias, matarían a un empleado del banco. Durante una conversación telefónica con la agencia Efe, el atracador señaló que estaban dispuestos a cumplir sus amenazas y, ante el comentario de que "eso sería horrible", el atracador puntualizó: "Yo ya he pasado por todo en la vida. Para mí no sería tan horrible".
Un disparo
Posteriormente, exigieron negociar directamente con el gobernador civil, Ferran Cardenal, y propusieron intercambiar a cuatro mujeres por el jefe de la Brigada Antiatracos de la policía. Cuando pasaban unos minutos de las tres de la tarde, se escuchó el estampido de un disparo y los gritos de los rehenes. A las once de la noche, minutos antes del asalto final, un rehén logró escapar del banco.
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