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La URSS rompe su tradición de silencio al informar rápidamente del accidente de un submarino nuclear

Pilar Bonet

Un submarino nuclear soviético con misiles balísticos a bordo sufrió el pasado viernes, en un lugar del océano Atlántico próximo a las costas norteamericanas, un incendio que costó la vida a tres personas, según una información difundida ayer por la agencia oficial Tass, que no dio las coordenadas del suceso. El servicio en ruso de Tass dio la noticia ayer por la tarde, y en el noticiario nocturno de la televisión, Vremia, se leyó el texto de 11 líneas difundido por la agencia, que, ocho días antes del encuentro entre el líder soviético, Mijail Gorbachov, y el presidente norteamericano, Ronald Reagan, rompe su tradición de silencio informativo en lo que se refiere a accidentes en instalaciones militares soviéticas.

Según Tass, el incendio se produjo en la mañana del viernes 3 de octubre en un submarino -cuyo modelo no es identificado-, portador de misiles, que se encontraba en una zona situada a unos 1.000 kilómetros al noreste de las islas Bermudas. El incendio ocurrió en uno de los compartimentos del submarino, tampoco identificado específicamente. La tripulación de la nave y de otros buques soviéticos que acudieron consiguieron extinguir el fuego, según Tass.

Tres muertos

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"A bordo del submarino hay víctimas. Tres personas han muerto", informaba la agencia, que no daba más detialles sobre el estado de los heridos y su número, así como sobre las circunstancias de los fallecimientos. "En Moscú, tina comisión de especialistas analizóla situación producida y llegó a la conclusión de que no hay peligro de una acción descontrolada de las armas, de una explosión nuclear o de una contaminación del medio ambiente", rezaba la noticia oficial.

[Fuentes del Pentágono norteamericano confirmaron anoche que el submarino soviético se encontraba en la superficie y que era asistido por tres o cuatro embarcaciones soviéticas, según in forma Reuter. Dichos medios señalaron que los misiles balísticos que se encuentran a bordo del submarino están equipados con ojivas nucleares].

[El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, ofreció ayuda a la URSS tras conocer la no ticia del accidente y elogió la rapidez con que Moscú informó del caso, señaló un portavoz de la Casa Blanca. Dicho portavoz agregó que el líder soviético, Mijail Gorbachov, informó a Reagan a través de los canales diplomáticos, en cumplimiento de un pacto entre las superpotencia para estos casos, informa Efe].

El siniestro ocurrido en el sub marino atómico repite elemento de los otros dos grandes accidentes sufridos por la URSS este año. Como en el caso de Chernobil, el lugar del suceso es un ingenio nuclear. Como en el caso del Almirante Nakjimov, se trata de una nave. El Almirante Nakjimov se hundió en el mar Negro el 31 de agosto pasado, al chocar con un carguero, y se produjeron 400 víctimas.

Tass anunció el incendio con gran celeridad, si se tiene en cuenta que mediaron tres días desde que se hiciera público oficialmente el incendio ocurrido el pasado 26 de abril en la central nuclear de Chernobil. En aquella ocasión, además, la noticia ya había sido dada por medios de comunicación occidentales, des pués de que un aumento del fondo de radiación hiciera cundir el pánico en los países escandinavos. Observadores occidentales en Moscú opinan que: la URSS no ha querido enturbiar las expectativas con vistas al encuentro Reagan-Gorbachov ocultando un suceso que podía haber sido conocido por la Inteligencia nortemeriana o se podía haber utilizado como prueba de la fragilidad de la política de apertura (glasnot) de Gorbachov, que ya sufrió un duro golpe en el caso de Chernobil.

El suceso recuerda, sin embargo, la presencia de submarinos soviéticos que patrullan a lo largo de las costas norteamericanas. Oficialmente, se ha hablado de ellos en público en el marco de las contramedidas que siguieron al comienzo de la instalación de los misiles norteamericanos Pershing y de crucero en Europa Occidental. El aumentar y reforzar la flota de submarinos que patrullaban cerca de las costas de EE UU era uno de los capítulos previstos por la contestación que el líder soviético Yuxi Andropov dio a la puesta en práctica de la decisión de la OTAN.

Observadores occidentales hacen hincapié en el hecho de que el incendio sirve para advertir sobre la peligrosidad y los riesgos de las armas nucleares, tanto más si lo que pretende lograr la URSS es una moratoria sobre las pruebas nucleares y, en último extremo, la desaparición de las armas atómicas.

La URSS tiene la mayor fuerza de submarinos portadores de misiles balísticos del mundo, según la publicación norteamericana, Soviet Military Power en su edición de 1986. En este año, la fuerza en cuestión tenía 62 modernos submarinos nucleares portadores de misiles que llevabam a bordo un total de 944 misiles nuclares sujetos a las regulaciones de los tratados SALT. Además, existen 13 submarinos de un tipo más viejo, con 39 misiles a bordo.

Dos tercios de los submarinos con misiles están equipados con cohetes de largo alcance, lo que les permite patrullar en las aguas cercanas a la URSS. Moscú ha construido también cuatro unidades del submarino Typhoon, que es el mayor del mundo y puede operar bajo la capa de hielo de Artico.

Según los datos norteamericanos, se construyen cuatro Typhoon adicionales y para los años noventa la URS S puede tener unos ocho de ellos. .Buque con 20 misiles

El buque dañado podría ser uno de los Typhoon, que llevan 20 rnisiles balísticos SSN 20, en opinión de analistas citados por la agencia Reuter. Además del Typhoon, la URSS tiene submarinos como el modelo Delta IV, actualmente en construcción, y el Oscar, que lleva cohetes de crucero. Además, los soviéticos producen submarinos experimentales y reconvierten los submarinos atómicos que son desmantelados de acuerdo con lo establecido en los tratados SALT.

Según las tesis norteamericanas, las zonas de reconocimiento naval soviético existentes en 1986 multiplican las que había en 1965. Una de estas zonas de reconocimiento se extiende a lo largo de la costa norteamericana y sobre el Caribe.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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