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El Papa inicia hoy una visita a Francia cargada de tensiones

Juan Arias

Juan Pablo II inicia hoy el viaje internacional número 31 de su pontificado, en el que visitará el centro-este de Francia. Es la tercera vez que, como Papa, Karol Wojtyla, va a una nación considerada tradicionalmente como "la hija predilecta de la Iglesia". Es el único país de Europa que Juan Pablo II visita tres veces. Y, como siempre, un viaje que podría haber sido una rutinaria visita apostólica de un Papa que quiere desempeñar su papel misionero en todos los rincones del mundo ha acabado por cargarse de tensiones y de miedos. En un primer lugar ha sido la peregrina profecía de Nostradamus, quien había escrito en el siglo XVI: "Romano pontífice, guárdate de aproximarte a la ciudad bañada por dos ríos. Si te acercas a ella, tu sangre salpicará a ti y a los tuyos cuando florezca la rosa".

La profecía ha sido aplicada al papa Wojtyla, ya que Lyón está bañada por los ríos Saona y Rédano, mientras que la rosa se refiere a la llegada del socialista Mitterrand, a quien el Papa recibirá esta mañana a su llegada en el aeropuerto de Satolas. La profecía hizo sonreír en el Vaticano al mismo Papa, quien sabe que su vida está siempre expuesta al peligro en todos los viajes.Pero en Lyón, muchos católicos conservadores se asustaron hasta el punto de pedir al cardenal Decourtray que convenciese al Papa para que renunciara a su viaje. Y el cardenal envió una carta a todos los católicos exhortándoles a tener confianza en Dios y a no dejarse arrastrar por "tontos histerismos".

Pero después llegó la ola de atentados en París. Los terroristas pedían la liberación de Ocorges Ibrahim Abdala, detenido, precisamente, en la cárcel de Lyón. Y fue entonces cuando el Vaticano empezó a temer que algún grupo terrorista utilizase el viaje del Papa, y de la caja de resonancia internacional que arrastra, para hacer una prueba de fuerza para comprometer a Juan Pablo II y a la Iglesia en alguna difícil mediación. De ahí que las autoridades francesas, para no crear problemas al Vaticano, hayan trasladado inmediatamente a Abdala a París. El hecho de que en los últimos días el terrorismo que se había desencadenado en Francia haya acallado su voz ha dado una cierta tranquilidad a los consejeros del Papa, aunque aún ayer no las tenían todas consigo.

De cualquier modo, el Papa ha querido ir por tercera vez a un país que ama e ignora al mismo tiempo. Lo ama porque en Francia está enterrado el santo cura de Ars, que fue, en sus tiempos de seminarista, su modelo de sacerdote. Y desde el primer día de su pontificado manifestó ya su deseo de ir a rezar ante su tumba. Y lo ignora porque la teología francesa, con su aperturismo, y también con todas sus experiencias avanzadas en el campo de la evangelización, le asustan al Papa. De ahí su grito cuando por vez primera visitó Francia como Papa: "Francia, hija predilecta de la Iglesia, ¿qué has hecho de tu bautismo?".

Por eso también esta vez se es pera que desde Ars, ejemplo de centro de espiritualidad tradicional, Wojtyla vuelva a hacer un apremiante llamamiento a lo franceses para que "se conviertan". El clero de Lyón, algunos abiertamente, otros más moderadamente, habían manifestado sus dudas sobre la oportunidad de este viaje del Papa. Pero al final han decidido todos colaborar para que por lo menos pueda convertirse en un éxito pastoral.

El sector más progresista subrayará la importancia del acto de la beatificación de Antonio Chevrier, que se producirá esta tarde, considerado, al revés del cura de Ars, como un anticipador de la teología de la liberación y de su "opción preferencial para los pobres". Fue él quien, mientras la Iglesia conservadora y burguesa francesa sufría bajo el peso de la "satánica revolución", se dedicó en cuerpo y alma a los más pobres considerándolos sujeto y no simple objeto de evangelización.

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Fue también quien escribió, con gran escándalo de la Iglesia de entonces: "Es muy bueno que esto [la Revolución Francesa] suceda, porque nosotros, si no nos despojan de nuestras riquezas los demás, nos dormiríamos en ellas y en el bienestar y ya no nos ocuparíamos de las cosas de Dios, que cuando nos dice 'desgraciados los ricos' se refiere más a sus ministros que a los demás, ya que si alguien debe practicar la pobreza son sobre todo los sacerdotes".

El Papa permanecerá en Francia hasta la noche del próximo martes y visitará, además de Lyón, ciudad donde nació la huelga como lucha reivindicativa, el centro ecuménico de Taizé, la basílica de Paray-le-Monial, centro tradicional de la devoción al Sagrado Corazón, y la ciudad de Annecy.

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