El jubilado que ganó 524 millones en la 'loto' afirma que, dedicará parte del premio a "evitar abortos"
El jubilado ganador de los 524 millones de pesetas en el sorteo de la lotería primitiva del pasado 11 de septiembre cobró ayer el mayor premio de la historia a través del notario Víctor Manuel Garrido, que recibió un cheque al portador de la gerencia de la organización. El jubilado, apellidado Lapuente, esperaba al notario en la cafetería California 47, de la calle de Goya, desde donde ambos se trasladaron a la oficina principal del Banco Central, en la calle de Alcalá, esquina a Barquillo, donde ingresaron el cheque. Ambos fueron seguidos discretamente, y, a la salida del banco, el afortunado y una de sus familiares fueron fotografiados.
El notario Víctor Manuel Garrido llegó a la sede del organismo nacional de Loterías, situado en la calle de María de Molina, alrededor de las, 12.30 horas, y leyó un comunicado del acertante. Según el texto, "una parte del importe del premio lo destinará en un futuro próximo a obras de caridad, benéficas, de ayuda a las personas y en concreto a ayudar a las mujeres a traer sus hijos al mundo, evitando abortos".El notario recogió un cheque de la Caja de Ahorros de Madrid por valor de 524.197.430 pesetas, ante la expectación de los periodistas asistentes al acto, así como de los directivos de la Caja y los funcionarios de la gerencia del organismo . El afortunado ganador del mayor premio de la historia del juego en España seguía sin facilitar su identidad.
El notario Víctor Garrido manifestó que el jubilado, casado y con dos hijos, quería permanecer en el anonimato a pesar de que la gerencia del organismo de Lotería Primitiva intentó convencerle de que fuera a recoger el premio personalmente y realizara algunas declaraciones a los medios de comunicación. La gerencia había intentado que el misterioso jubilado respondiera, cuando menos, a algunas preguntas sin facilitar su identidad, y se comprometía a que no fuera fotografiado por los redactores gráficos.
Jesús Fvangelio, gerente de la Lotería Primitiva, manifestó que el jubilado, que cobra una pensión de entre 40.000 y 50.000 pesetas, se puso inmediatamente en contacto con 61 nada más tener noticia de que su boleto había obtenido el citado premio y le manifestó que "le parecía mentira y que era una barbaridad la cantidad obtenida".
El notario explicó a los periodistas que el acertante había rellenado el boleto ganador "mirando al techo y sin seguir ningún criterio técnico". El jubilado rellenó un boleto simple de seis apuestas que le costó 300 pesetas, y en la tercera columna acertó la combinación ganadora -2-3-20-24-30-43- Según fuentes del Organismo Nacional. de Loterías, el jubilado había rellenado en ese mismo sorteo otro boleto de 300 pesetas con otras combinaciones también al azar.
El representante del afortunado ganador rnanifestó que no estaba autorizado a dar más datos sobre su cliente, de quien dijo: "Es una persona normal como usted o como yo, no sé si tiene intención de realizar algún viaje", y añadió, se supone que con el fin de confundir a los periodistas, que creía que el agraciado había desaparecido de Madrid.
Discreta persecución
El gerente de la Lotería Primitiva, Jesús Evangelio, manifestó en la conferencia de prensa que éste era el mayor premio obtenido en los sorteos de Lotería Primitiva, "pues superó en diez millones al conseguido en Málaga el pasado 31 de julio", si bien éste fue repartido entre varias personas.
Posteriormente, el notario Víctor Manuel Garrido salió del organismo mientras los periodistas y funcionarios del departamento tomaban un aperitivo. Un poco alejado del Organismo Nacional de Loterías, el notario y una segunda persona tomaron un taxi. En la calle del Príncipe de Vergara, casi esquina a Goya, el notario descendió del taxi. Una redactora de este periódico le siguió mientras otro periodista seguía en un vehículo al acompañante, que descendió de su taxi en la cafetería California 47.
En este establecimiento, el misterioso acompañante se encontró con el jubilado y una mujer, familiar de éste. Al cabo de unos diez minutos llegó a la cafetería el notario, quien saludó al afortunado y, tras conversar con los familiares, partió con el millonario en un taxi hacia la oficina principal del Banco Central, en la calle de Alcalá.
El jubilado y el notario permanecieron en el banco desde las 13.30 horas hasta casi las 14.45 En ese espacio de tiempo llegaron al establecimiento bancario algunos de los familiares que habían sido observados anteriormente en la cafetería. Alrededor de las 14.45 horas, el notario, solo, salía de la entidad y se percató de la presencia de los redactores de este periódico, a quienes manifestó que el afortunado había salido de la oficina; pero regresó de nuevo a la entidad. El notario volvió a la sede bancaria para avisar al premiado y a sus familiares de la presencia de los periodistas.
Entre todos ellos intentaron montar un plan para despistar a los redactores. Primero salió el notario por una puerta. Posterior mente lo hizo una de sus familiares -quien, al parecer, es su hija-, que al ser fotografiada tapó su rostro con el bolso. Por último, el jubilado, quien salió mezclado con el personal del banco. Mientras el fotógrafo disparaba su cámara, un redactor trató de convencerle de que realizara algunas declaraciones, pero se negó en redondo.
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