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RELIGIÓN

El Papa congela un documento que condenaba la fecundación artificial

Juan Arias

Juan Pablo II, aconsejado por las altas jerarquías de la Secretaría de Estado, ha congelado por el momento un documento pontificio que estaba ya preparado, en el que se condenaba oficialmente la fecundación artificial o in vitro.

Que tal documento existía lo había revelado ya el mismo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, cardenal Joseph Ratzinger, quien hace ya un año había asegurado que el documento estaba listo para ser firmado por el Papa.Ahora, según noticias publicadas ayer por el semanal L'Espresso, la publicación del documento ha sido bloqueada. El motivo parece ser el hecho de que en la Secretaría de Estado han puesto en guardia al Papa acerca del peligro que implica pronunciarse sobre una materia que está en pleno estudio.

El método Asch

Uno de los motivos concretos de preocupación ha sido la intervención, en junio pasado, en un congreso de médicos católicos celebrado en Roma, del argentino Ricardo Asch, que presentó su nuevo método, GITT (gamete intra fallopian transfer), que coloca en el cuerpo de la mujer estéril no ya el embrión, sino un óvulo y espermatozoos separados con vistas a una fertilización no in vitro, sino in vivo. Cuando Asch, que es el inventor de este nuevo método de fecundación considerado no artificial, sino natural, presentó el nuevo descubrimiento en el congreso, estaban presentes el obispo auxiliar de Roma responsable de los problemas sanitarios, Fiorenzo Angelini, y el teólogo Carlo Cafarra, una de las voces más escuchadas hoy por el papa Wojtyla y adversario de la fecundación artificial.Más aún, el descubridor del nuevo método, fue recibido personalmente tras el congreso por el cardenal Ratzinger. Asch afirmó después del coloquio que se había quedado maravillado de la competencia del responsable del ex Santo Oficio en esta materia y que el cardenal le había escuchado muy atentamente.

De hecho, el Vaticano ha autorizado ya la experimentación del nuevo método GIFT en la universidad Católica y en el gran hospital romano Fatebenefratelli.

Con mucha probabilidad, el papa Wojtyla, que ha querido rehabilitar al mismo Galileo y que está muy atento ante los nuevos problemas de la ciencia y quiere aparecer como moderno en este campo, ha recordado que el mismo Pío XII tuvo que corregir a su predecesor Pío XI, quien en 1930 había condenado sin ningún tipo de excepción todo género de prácticas de control de la natalidad cuando salió el método Ogino, que individualizaba por vez primera los ritmos de la fecundación en la mujer.

Fueron necesarios 20 años para que la Iglesia se volviera atrás y autorizase como natural el nuevo método de control de nacimientos.

Ahora, en el delicado caso de la fecundación artificial, la Iglesia se halla ante el mismo dilema. Por una parte, quiere condenar todo tipo de método artificial de fecundación, pero teme que pueda salir un método, como parece ser el del argentino Asch, que la Iglesia pueda considerar natural y no artificial. De ahí el que no se atreva a condenar sin más y globalmente todo tipo de fecundación y prefiera por el momento esperar.

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