Todo queda en familia
Fue interesante esta actuación en el mismo programa de los Montoya y Lole y Manuel, pues, a fin de cuentas, todo queda en la familia. Lole, como se sabe, es hija de Juan Montoya y La Negra. Y es interesante sobre todo porque, al margen de calidades astísticas personales, representan dos polos opuestos en el entendimiento de lo flamenco.Los Montoya siguen ofreciendo el arte crudo de las familias gitanas, con irrelevantes concesiones a la convención del espectáculo, y en eso son verdaderamente atractivos. Todo su quehacer discurre por el cauce festero con una fuerza y un poder de captación sin resquicios, con momentos estelares tan hermosos como el cante siempre jondo de La Negra; el bailecito por bulerías de Juan, un prodigio de elegancia y señorío, o el baile intuitivo de Carmeliya.
IV Bienal de Arte Flamenco Ciudad de Sevilla: Menta y Canela
Los Montoya, con Rafael Riqueni y El Roto al toque. Lole y Manuel. Sevilla, 26 de septiembre.
En el otro polo está una Lole con voz de ensueño, capaz de recorrer una y otra vez el arco que va desde la brillantez a los graves casi sombrios, y capaz de hacerlo con musicalidad y entendimiento del código expresivo justo para hacer llegar a su público -un público mucho más extenso que el puramente flamenco- el mensaje. Es cierto que muchas, de sus canciones se parecen demasiado unas a otras, lo que puede llevar a una sersación de sonido un tanto monocorde que se compensa con la belleza de la melodía y la cuidada selección de unas letras de considerable valor poético.
Y quizá en el centro, como nexo entre el arte racial de los Montoya y la canción de su mujer ya tan distante de lo jondo, Manuel, con una guitarra que constantemente recuerda los ecos flamencos y un cante por bulerías personalísimo, intelectualizado, que ha perdido la frescura connatural del arte buleariero en la medida en que ha adquirido una dimensión de mayor trascendencia conceptual, pero interesante en la emocionada versión del tocaor/cantaor.
El Roto es un formidable especialista en los toques festeros. Él y Riqueni hicieron un acompañamiento a los Montoya riquísimo, verdaderamente esplendoroso.
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