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El Consejo de Europa elabora un código ético sobre la procreación artificial

La Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa aprobó ayer un código ético sobre las técnicas de procreación artificial, así como sobre la utilización de embriones y fetos humanos con fines médicos, industriales y comerciales. La Asamblea, conocida como la de los 21, considera que debe prohibirse "mantener embriones in vitro más allá del catorceavo día después de la fecundación", o lo que es lo mismo, más allá de la división de las primeras células. Este lapso de 14 días como límite para la utilización o congelación de embriones ha sido criticado por medios científicos, aunque es el que ya fija la legislación española y el que se proponen introducir países como la RFA y Dinamarca.La propuesta había sido presentada por tres socialistas: el alemán Horst Hasse, en nombre de la Comisión de Cuestiones Jurídicas; el español Luis María Puig, de la Comisión de Cuestiones Sociales, y la suiza Doris Morf, de la Comisión de Ciencia y Tecnología.

En el documento aprobado se parte de la importancia de la fecundación in vitro, que permite intervenir en la vida humana desde la gestación, y se juzga que la explotación de las posibilidades tecnológicas que brindan la medicina y la ciencia exige unos principios éticos y sociales muy definidos.Los autores de la recomendación subrayan que desde la fecundación del óvulo la vida humana se desarrolla de modo continuo y no se puede hacer una distinción en el curso de las primeras fases (embrionarias) de su desarrollo, por lo que se impone una definición del estatuto biológico del embrión. Asimismo, subrayan que la utilización industrial de sus productos y tejidos debe estar limitada de modo estricto con fines puramente terapéuticos, como la fabricación de vacunas.

Comercio de embriones

Entre sus recomendaciones al Comité de Ministros del Consejo de Europa, la Asamblea Parlamentaria pide que se investigue el supuesto comercio de embriones muertos y solicita la prohibición de toda creación de seres humanos idénticos por medio de la técnica clónica con fines de selección de raza, así como que se prohiba también la implantación de un embrión humano en el útero de otra especie o la operación inversa. En la recomendación se solicita, igualmente, la prohibición de toda operación genética capaz de crear monstruos por medio de la fusión de embriones. En este capítulo se pide también la prohibición de la ectogénesis, producción de un ser humano individualizado y autónomo fuera del útero de una mujer, o sea, en laboratorio.Por otra parte se pide la elaboración de un registro nacional de centros y servicios sanitarios acreditados y autorizados para realizar ese tipo de técnicas genéticas y su utilización científica, y también que, sobre los diversos puntos de esta recomendación, se elabore un convenio europeo o un instrumento jurídico apropiado abierto a los países no miembros del Consejo de Europa, y se encarga a las comisiones competentes que preparen un informe sobre la utilización de embriones humanos para la investigación científica.

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