Un guardia civil mata a un religioso que se encontraba con su esposa en un hostal

Luis del Alamo Samper, guardia civil, de 46 años de edad, mató de un disparo en el corazón a un religioso, Autidio Fernández Yera, aproximadamente a las tres de la tarde de ayer, en el interior de un hostal de la calle de la Victoria, muy cerca de la Puerta del Sol. En el momento del hecho, el religioso se encontraba con Constantina Pérez, esposa del guardia civil. La mujer está siendo interrogada por inspectores de la Brigada de Homicidios para esclarecer los motivos del crimen. Los primeros indicios parecen apuntar a un caso de celos, según fuentes policiales.

Los tres protagonistas del suceso residen en Luarca (Asturias), y se desconocen por ahora los motivos de su estancia en Madrid. Todo parece indicar, dada la rapidez con se que produjeron los hechos, que el guardia civil conocía el encuentro de su esposa con el religioso.La muerte de Autidio Fernández, de 32 años de edad, se produjo aproximadamente a las tres de la tarde de ayer, cuando se encontraba, en compañía de Constantina Pérez, en el hostal Veracruz, situado en la tercera planta del inmueble número 1 de la calle de Victoria, muy cerca de la Puerta del Sol.

Según las primeras informaciones policiales, el guardia civil subió a la pensión y descubrió a su esposa y al religioso cuando salían de una de las habitaciones de la misma. Sin mediar palabra, sacó su arma y efectuó un único disparo, que alcanzó a Autidio Fernández en el pecho, cerca del corazón, y le produjo la muerte casi instantáneamente. La mujer no resultó herida. Fuentes de la Policía Municipal indicaron a última de ayer que, según sus datos, el disparo se produjo cuando el religioso se encontraba en la cama.

La dueña de la pensión avisó inmediatamente a la policía. Un gran despliegue policial, según testigos presenciales, rodeó la puerta del hostal. A los pocos minutos, el homicida, que no opuso resistencia alguna, y su esposa, salían detenidos para ser interrogados por los inspectores del Grupo de Homicidios de la Brigada Regional de Policía Judicial, que tienen asignado el caso. Aunque aún no existe una versión oficial de las causas, los primeros indicios permiten suponer a la policía que se trata de un caso de celos.

El cuerpo del religioso permaneció caído en el suelo del hostal hasta aproximadamente las 16.30 horas, cuando el juez de guardia ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense. El cuerpo fue bajado a la calle en un envoltorio de plástico, entre la curiosidad de un grupo numeroso de ciudadanos atraídos por la presencia policial.

El propietario del hostal Veracruz, de dos estrellas, fue también conducido a las dependencias del Grupo de Homicidios para ser interrogado y que aportara las fichas de registro de sus clientes. Ayer fue imposible obtener declaraciones de una mujer, que presumiblemente es la esposa del dueño, ni de ninguno de los inquilinos. La mujer se limitó, a repetir obstinadamente que allí no había sucedido nada, ni había oído nada ni había visto nada. La misma mujer expulsó a dos redactores de la agencia Efe que acudieron para recabar información. El portero del inmueble, que se enteró de los hechos casi dos horas después, subió a conocer más detalles y se encontró con el mismo silencio, según afirmó. Tampoco algunos inquilinos del hostal quisieron hacer declaraciones.

Un portavoz del Arzobispado de Madrid declaró que el religioso no figuraba en sus fichas, por lo que se suponía que no pertenecía a la diócesis de Madrid-Alcalá. Posteriormente se supo que los tres implicados en el suceso residían en Luarca.