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Defensas contra el terrorismo nuclear

El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), que hoy inicia una importante reunión en Viena, debe resolver urgentemente una cuestión común a los accidentes de Chernobil y de la central de Three Mile Island, en Pensilvania, en 1979. Desgraciadamente, sigue siendo una cuestión recóndita: la cuestión del sabotaje y el terrorismo.Si la catástrofe de Chernobil y el accidente de Thtree Mile Island, que estuvo a punto de ser otra catástrofe, pudieron ser causados por errores humanos, por operadores que inocentemente se saltaron sistemas de seguridad vitales, ¿cuál no será la vulnerabilidad de las centrales de energía nuclear ante actos de destrucción deliberados, bien por personal de dentro o por terroristas que ataquen desde el exterior? ¿Y qué se puede hacer para que las centrales puedan resistir a tales actos de destrucción?

La respuesta a la primera pregunta es que las centrales de energía nuclear resultan actualmente demasiado vulnerables a un ataque. Si bien los niveles de protección varían, queda mucho por hacer para aumentar la seguridad contra el terrorismo. Este era el punto central de las conclusiones de un informe emitido en junio por el Grupo Especial para la Prevención del Terrorismo Nuclear, un equipo independiente formado por 26 especialistas de nueve países.

El grupo especial, que estudia los programas nucleares civiles y militares, descubrió que "no es de ninguna forma inverosímil y es técnicamente viable un accidente, provocado por terroristas en un reactor, que incluso podría liberar cantidades importantes de radiactividad".

Puso especial énfasis en los riesgos de sabotaje y camiones bomba, y dijo que esto exigía mayores niveles nacionales e internacionales de seguridad en los reactores.

El grupo especial recomendó que todos los emplazamientos de reactores "se modificaran rápidamente, levantando barreras para proteger zonas críticas de las centrales contra las consecuencias potenciales de camiones bomba".

Para que todo esto no se considere retórica antinuclear, hay que señalar que en el grupo especial figuran cuatro altos ejecutivos de la industria nuclear, en activo o retirados, dos antiguos presidentes de la conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y un antiguo alto funcionario de cada una de las siguientes agencias, la OIEA y Euratom, la Comunidad Europea de la Energía Atómica.

Aviso sombrío

Un aviso tan sombrío por parte de un grupo tan distinguido debería ser causa suficiente para que se llevaran a cabo esfuerzos decididos para eliminar toda vulnerabilidad a cualquier ataque.,

Se están haciendo progresos, sobre todo fuera de Estados Unidos, en la protección de las centrales de energía nuclear contra el terrorismo. En Alemania Occidental y en Suiza, por ejemplo, se están instalando en algunas centrales sistemas reforzados subterráneos para eliminar calor del núcleo de un reactor en caso de que terroristas u operadores criminales se apoderen de una sala de control, e intenten provocar la fundición del núcleo del reactor.

Los japoneses están trabajando sobre tecnología de controles a prueba de manipulación, con el objetivo de impedir cualquier alteración del núcleo de¡ reactor y cualquier escape de radiactividad al exterior.

Algunas centrales de Europa y Japón están rodeadas de muros reforzados para protegerlas de los camiones bomba. Sin embargo, en Estados Unidos, donde se considera oficialmente que la amenaza terrorista a las centrales nucleares no es alta, los representantes de la industria y los inspectores encargados de hacer cumplir las normativas se han resistido a instalaciones de ese tipo. Por ejemplo, no existe ninguna normativa para proteger a las centrales contra ataques de vehículos. Las centrales están generalmente rodeadas de vallas metálicas que no servirían para detener a un camión cargado de explosivos.

Lecciones de Chernobil

Una de las principales lecciones de Chernobil es que lo que puede suceder por accidente puede suceder intencionalmente. Es una lección de importancia crucial en esta era de terrorismo. Los mismos soviéticos han advertido, a partir de Chernobil, del riesgo del terrorismo nuclear.

Existe actualmente la posibilidad, por medio del OIEA de ampliar la cooperación internacional contra el terrorismo nuclear. Cuando se trate en Viena sobre el papel de la agencia en la seguridad, la protección contra sabotajes y terrorismo deberá ser tema de debate y de planes para una acción rápida.

es presidente del Instituto de Control Nuclear de Washington y vicepresidente ejecutivo del Grupo, Especial para la Prevención del Terrorismo Nuclear. El artículo fue escrito para The Intemational Herald Tribune

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