El rock de La Elipa
Cuatro grupos del barrio compitieron durante las fiestas de Ciudad Lineal
Las fiestas de La Elipa 86, del distrito de Ciudad Lineal, comenzaron el martes, a las ocho de la tarde, con el II Festival de Rock del barrio. "Es un espectáculo mucho mejor que otros que se incluyen en los programas de fiestas, porque es el medio en que las autoridades mejor podemos aproximarnos a la juventud", comenta Victorino Granizo, presidente de la junta de distrito de Ciudad Lineal. "El rock es tanto como una forma de vivir los jóvenes, en la que la música lo es prácticamente todo", dice uno de los componentes de Walkiria, uno de los cuatro grupos que actuaron.
Los trajes y corbatas con que subieron al escenario Granizo y el pregonero para inaugurar oficialmente las fiestas contrastaban con los pelos largos, camisetas dadas de sí y pantalones ajustados de los jóvenes rockeros que a las 20.20 comenzaron a dar caña.Eran chicos con posturas agresivas en el escenario, expresiones de malo de película en el rostro. Cuando bajan de las tablas se declaran gente bastante cortada y piden disculpas por expresarse mal. Los componentes del grupo Walkiria, con música heavy en su repertorio, dicen que después, "a la hora de vivir", no adoptan la mentalidad del rockero duro. Todos trabajan como mensajeros; cuando cantan visten cazadoras negras y pantalones-leotardos que marquen bien los atributos personales.
Walkiria manifiesta que la junta de distrito tiene "mucho morrazo". "Nos hacen traer el equipo a Yelmo ya nosotros", explica uno de los cinco. integrantes del conjunto, "para que actúen dos grupos más, y ahora pretenden que Noel Soto cante también con nuestros amplificadores. Además, nosotros no sacamos ni un duro de todo esto".
Pintas raras
Elos señoras escuchan ensimismadas al grupo Arón, apoyadas en las vallas, pero sin levantar los brazos, con los puños cerrados. No dan palmas, ni se ha subido una en los hombros de la otra: "A mí me gusta todo lo que sea moderno, pero esta música no es que me haga mucho tilín. Otra cosa que no entiendo es por qué van estos chicos con esas pintas tan raras, aunque sean músicos". Óscar, Juan Pedro y Raúl, los tres componentes de Arón, no tienen ningún problema para conectar con el público. Muchos de los que les escuchan son amigos suyos, su panda de 16 años, como ellos. "En las canciones contamos las cosas que nos pasan".El grupo Media Luna empieza con la canción Déjate amar, una de "las nueve o 10 que tenemos bien hechas". Ensayan desde hace nueve meses, cuando comenzaron, en un garaje del barrio de Bilbao. En uno de sus temas hablan de la guerra: "Si mueren muchos, ¿qué les importa? Siempre hay más. Si mueren todos, ellos ganarán".
Poco a poco el olor a chocolate se va mezclando con el que des prenden los chorizos asados del chiringuito que está junto al escenario. Varias docenas de jóvenes siguen el compás de la batería con la inercia del movimiento de la cabeza o la pierna derecha, o imitan a los guitarristas con el vaivén de cintura y una mano rondando las proximidades de la bragueta.
El concierto se celebra al final de la avenida del Marqués de Corbera, recinto ferial de las fiestas de La Elipa. No falta la visita esporádica de la niña vestida de sevillana y del matrimonio mayor que se asoma y aguanta un par de minutos.
Yelmo actúa en último lugar. "Más allá de mis sueños y de los vuestros existe una ciudad donde la gente no se mata en los conciertos, ni se mira mal por las calles", dice el rantante para presentar sus canciones.
Termina el concierto a las 23.30 prácticamente como empezó, aunque con la gente más dispersada y con el punto más cogido; continúa el largo beso de una pareja y el salto permanente de tres chicos dando palmas.
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