Villar Mir mejoró a última hora su oferta por las Torres de Jerez

Juan Miguel Villar Mir, jefe de filas de la oferta hispano-suiza de Miralba-Klein, que compite por la división inmobiliaria de Rumasa y las Torres de Jerez, aumentó el pasado martes, horas antes de la reunión de la comisión asesora del Gobierno, su opción en casi 600 millones de pesetas, para dejarla en cerca de 10.700 millones de pesetas. Fue la bomba de una reunión que se preveía corta y se alargó durante tres horas.

Fuentes de Heron, la otra sociedad en liza, mostraron ayer su disgusto por el hecho de que el director general del Patrimonio, que había anunciado a las partes tras la reunión del pasado martes, día 2, que las ofertas debían considerarse cerradas, no admitiéndose posteriores aumentos, hubiera recogido la mejora de Miralba-Mein, sin haberlo notificado a la otra parte. El propio Daniel Klein aseguró el lunes, día 8, a este periódico que su oferta no había sido modificada. La opción hispano-suiza supera ahora en cerca de 150 millones de pesetas a la de Heron.Villar Mir, sin embargo, no consiguió su objetivo de provocar un vuelco en la decisión de la comisión. De acuerdo con las fuentes consultadas, alguno de los miembros de la comisión se refirió, al descrédito que supondría admitir esa modificación de última hora. "El día 2 no se adoptó una decisión porque se solicitaron determinadas aclaraciones a Heron; los británicos han aclarado ese punto con creces, incluso comprometiéndose notarialmente a invertir 30.000 millones más, así que hubo casi unanimidad en cuanto a la opción británica".

Seguir en liza

Pero Miralba-Mein han conseguido evitar in extremis su derrota, seguir en liza, alargando el proceso hasta la decisión final del Gobierno. "Una demostración de que Villar Mir nunca arroja la toalla", en opinión de una de las fuentes consultadas. La comisión clasificó en primer lugar a Heron, pero acordó "trasladar" la carta con la mejora de Miralba-Klein al Consejo de Ministros, que deberá así adoptar la decisión final.Fuentes de la comisión señalaron que la nueva cifra aportada por el grupo Miralba-Mein llegó sin avales. Ello obligaría en teoría a dilatar el proceso de adjudicación hasta que aquéllos se hicieran efectivos. "Además", argumentan, "sería lógico ofrecer ahora a la otra parte la posibilidad de retocar su oferta, con lo que el proceso podría eternizarse y pudrirse".

Fuentes de la Administración se refirieron ayer al enfado del ministro Solchaga por el hecho de que la patata caliente de la decisión definitiva haya recaído de nuevo, como ocurriera en el caso Loewe, en el Consejo de Ministros.